El Espíritu Santo da fuerza a mexicanos para superar pobreza y violación de derechos humanos por autoridad: iglesia

Imagen El Espíritu Santo da fuerza a mexicanos para superar pobreza y violación de derechos humanos por autoridad: iglesia

Por: Daniella Ovalle

El Espíritu Santo abre un horizonte de vida y otorga la fuerza a la persona para hacer posible, a través de la verdad y de la justicia, nuevos estilos de vida para superar la humillante pobreza de millones de mexicanos y la violación constante de derechos humanos por parte de quienes los deberían promover y custodiar, destaca en su comunicado dominical, la Arquidiócesis de Xalapa.

A continuación el comunicado:

¿Un estilo de vida centrado en la dignidad de la persona?

Pentecostés es la fiesta litúrgica que evoca y convoca la misma acción vivificante del Espíritu Santo sobre la vida y misión de la Iglesia. Pentecostés es el acontecimiento salvífico que renueva y recrea a toda la comunidad de creyentes, para que den vida a todas las estructuras sociales, económicas, culturas y políticas con el anuncio vivo de Cristo resucitado mediante el Evangelio.

El Espíritu donado por Cristo, Nuestra Pascua, es el principio de la nueva creación y de la nueva humanidad. El Espíritu donado por Cristo hace posible y viable una renovación de todas las caducas estructuras sociales de nuestra nación mexicana. El desarrollo económico solo y exclusivo no es el camino para salir adelante con todas las problemáticas que vivimos hoy en Veracruz. Es también necesario el desarrollo ético y solidario de todas las personas de la sociedad para alcanzar un crecimiento sustentable. La ética y la economía deben unirse, otras dimensiones son necesarias, por la fuerza del Espíritu para instaurar una  sociedad más solidaria y amigable.

El Espíritu Santo abre un horizonte de vida y otorga la fuerza a la persona para hacer posible, a través de la verdad y de la justicia, nuevos estilos de vida para superar la humillante pobreza de millones de mexicanos y la violación constante de derechos humanos por parte de quienes los deberían promover y custodiar. Toda persona se degrada y desvía cuando ella quiere, única y exclusivamente, ser creadora de sí misma sin la ayuda de la fuerza y sabiduría divina. La fiesta de Pentecostés nos da el Espíritu para buscar caminos de vida juntos, sin excluir a nadie. Hagamos de Pentecostés la fiesta de la comunión de talentos y recursos humanos y espirituales para vivir un nuevo estilo de vida centrado en la dignidad de la persona y en la necesidad del amor divino.

Foto: Twitter/ doh