Aunque el foco de la atención se ha centrado en Poza Rica y Álamo por los estragos que dejaron las inundaciones, hay otros municipios de la zona norte del estado de Veracruz en donde las familias también lo perdieron todo y no saben de qué manera se van a reponer de la catástrofe.
Una de las zonas que sufrió severas afectaciones es la de Platón Sánchez, ubicada en la región de la Huasteca Alta, que permaneció incomunicado por casi cuatro días.
Desde el jueves por la mañana cuando el nivel del río Calabozo cubrió decenas de viviendas y alcanzó las líneas de tensión se cortó el servicio de energía eléctrica; con ello no hubo agua potable, señal telefónica ni de Internet.
Por si fuera poco el agua rodeó el pueblo, en la colonia La Rivera y La Hacienda se alcanzaron niveles históricos y el arroyo que está a unos metros del entronque bloqueó el acceso principal.
Fueron horas de angustia, la lluvias continuaban, el agua no descendía, las familias que pudieron se refugiaron con parientes en partes altas, en algunos casos sin comida, algo que hizo más larga la estadía.
Conforme pasaron los días el río cedió, descendió y dio la oportunidad de que los afectados regresaran a sus casas, muchas de ellas destruidas parcial o completamente.
Al regresar a sus domicilios pudieron ver que las estufas, refrigeradores, televisores, lavadoras, colchones y otros enseres domésticos estaban llenos de lodo y fueron pérdida total.
El domingo 12 de octubre por la noche de manera gradual se restableció el servicio de electricidad y señal telefónica, lo que también permitió que hubiera comunicación con el exterior.
Ciudadanos que no resultados afectados se organizaron para repartir víveres, alimentos, tortillas y agua embotellada, incluso municipios cercanos se solidarizaron y enviaron ayuda.
Así comenzó el recuento de los daños; hasta este lunes afortunadamente no hubo vidas que lamentar, solo afectaciones materiales que son cuantiosas y que representan un gran reto para la economía local.
En redes sociales se han ido publicando las imágenes de casas y escuelas que fueron impactadas por la inundación, los habitantes intentarán regresar a la normalidad pero no será posible sin el respaldo de la sociedad y del mismo gobierno.
