Ante la renuncia de Verónica Hernández Giadáns a la Fiscalía General del Estado (FGE) y el inmediato nombramiento de Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre para que sea la nueva titular, la Diócesis de Orizaba consideró que la decisión pareciera haberse tomado con prisa.
El vocero diocesano, Helkyn Enríquez Báez, subrayó que ahora lo fundamental es que la recién designada fiscal desempeñe con responsabilidad el cargo que le fue conferido.
Enríquez Báez señaló que independientemente de quién ocupe la cabeza de la dependencia encargada de la procuración de justicia, es indispensable que la persona cuente con el perfil adecuado para atender de forma eficiente las demandas ciudadanas.
"Es evidente que en la elección de un fiscal intervienen múltiples factores; sin embargo, siempre se espera que quien asuma esta función tan importante posea la preparación y la capacidad necesarias para responder a una responsabilidad de tal magnitud”, expresó.
El vocero diocesano añadió que, en este caso particular, existen elementos que hacen pensar que el nombramiento pudo haberse realizado de manera precipitada, no obstante, confió en que la nueva fiscal ejercerá su cargo con apego a la ley.
"Deseamos que cumpla realmente con la encomienda de acuerdo con el Estado de Derecho, que su labor no responda a intereses de una sola facción ni a agendas partidistas, sino que mantenga una visión plural, justa y constitucional que permita consolidar la legalidad en nuestro país”, concluyó.
Fuente y foto: AVC
