La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) enfrenta una pérdida creciente de influencia sobre el precio internacional del crudo, en un contexto de exceso de oferta global, mayor competencia fuera del cártel y conflictos internos por el cumplimiento de cuotas, advierten analistas del mercado energético.
El aumento sostenido de la producción en países de América —como Estados Unidos, Guyana, Brasil, Canadá y Argentina— ha reducido la capacidad de la OPEP para elevar los precios mediante recortes coordinados. Estos productores mantienen niveles récord de extracción y han logrado operar con precios más bajos que en ciclos anteriores.
La falta de disciplina dentro del cártel, particularmente de países como Irak, Rusia y Kazajistán, así como las exenciones de producción para Venezuela, Irán y Libia, han incrementado la presión sobre el mercado. Analistas de PVM Oil señalan que las cuotas seguirán siendo una fuente de tensión interna y que el margen de maniobra del grupo es cada vez más limitado.
Las previsiones apuntan a precios más bajos en los próximos años. JP Morgan estima que el Brent podría caer por debajo de los 50 dólares por barril hacia finales de 2026, mientras que la Agencia Internacional de la Energía prevé un excedente de hasta cuatro millones de barriles diarios en el primer semestre de ese año.
Para México y otros países petroleros de América Latina, este escenario implica menores ingresos por exportaciones, mayor presión sobre las finanzas públicas y un reto adicional para empresas estatales como Pemex, en un entorno de precios bajos y competencia creciente en los mercados internacionales.
El Economista España