El Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva celebró este viernes la retirada de las sanciones financieras impuestas por EE.UU. al magistrado de la Corte Suprema de Brasil Alexandre de Moraes.
La ministra de Relaciones Institucionales, Gleisi Hoffmann, tachó de "gran victoria de Brasil" la decisión de EE.UU. de quitar el nombre del magistrado, instructor del caso por golpismo contra el expresidente Jair Bolsonaro, de la lista de violadores de derechos humanos prevista en la Ley Magnitsky.
La medida, anunciada en julio por la Casa Blanca para tratar de frenar el proceso judicial, conllevó el congelamiento de todos los bienes y activos que el juez pudiera tener en el país norteamericano.
Hoffmann atribuyó la retirada de la sanción a Lula por habérselo pedido al presidente de EE.UU., Donald Trump, en un "diálogo altivo y soberano".
Al mismo tiempo, la ministra afirmó que la decisión era una "gran derrota" para la familia de Jair Bolsonaro, principal impulsora de los castigos a De Moraes.
El diputado Eduardo Bolsonaro, el hijo del exmandatario que se mudó a EE.UU. para pedir sanciones contra el juez, dijo este viernes que había recibido "con pesar" el anuncio por parte de la Casa Blanca, pero evitó criticar directamente a Trump.
Pese a la campaña de presión externa contra el Supremo brasileño, el líder ultraderechista fue condenado en septiembre a 27 años de prisión por planear un golpe de Estado para intentar mantenerse en el poder tras perder las elecciones de 2022.
Desde entonces, Lula y Trump iniciaron una negociación que ha llevado al levantamiento de esta sanción y de parte de los aranceles del 50 % que EE.UU. impuso a las importaciones brasileñas, también como medida de presión. EFE