Un hispano condenado por el asesinato a puñaladas de una mujer en el condado de Miami-Dade hace 26 años fue ejecutado esta noche en Florida, sur de Estados Unidos.
José Antonio Jiménez, de 55 años, recibió una inyección letal de tres fármacos, en una ejecución que tardó 15 minutos, y fue declarado muerto a las 21:48 horas locales en la prisión estatal de Florida, en Starke.
Jiménez fue condenado a muerte por el asesinato en 1992 de Phyllis Minas, de 63 años, en su departamento de Miami. El Tribunal Supremo de Estados Unidos rechazó su apelación de última hora el jueves anterior.
Alan Pattee, un sobrino de Minas, dijo en una declaración escrita que su familia cree que se hizo justicia y señaló que "el señor Jiménez no ha mostrado ningún remordimiento ni arrepentimiento por su crimen”.
Jiménez, quien era adicto a la cocaína, también fue hallado culpable en 1994, estando ya en prisión del homicidio y robo de otra mujer, Marie Debas, en 1990.
El gobernador de Florida, Rick Scott, programó originalmente la ejecución de Jiménez para el 18 de julio, pero la Corte Suprema de Florida la aplazó.
Luego el tribunal superior rechazó esa apelación en octubre, lo que allanó el camino para la ejecución de Jiménez por inyección letal.
Sus abogados argumentaron sin éxito que en las votaciones de noviembre pasado se autorizó un cambio en las leyes estatales por el cual se le debió ofrecer una nueva audiencia de sentencia bajo la ley de pena de muerte vigente en el estado, no la que existía en 1992, cuando cometió el asesinato.
En la actualidad tiene que haber unanimidad entre los jurados para condenar a alguien a muerte, entre otras cosas. Los abogados alegaron además que tenía un gran problema de adicción a las drogas y que no estaba consciente de lo que hacía.
Según el Departamento de Correccionales de Florida, desde 1976 se han ejecutado en el estado a 96 reos y en la actualidad 347 personas esperan en el corredor de la muerte su ejecución mediante inyección letal.
Fuente:Notimex/Foto:Archivo/JAC
