La violencia, egoísmo y corrupción, es consecuencia de la ausencia de Dios en la sociedad, dijo el Obispo de la diócesis de Veracruz, Carlos Briseño Arch.
“Si hace falta porque dios está ausente y donde Dios está ausente, la violencia, el egoísmo, la corrupción y todo eso se presenta, Dios es el que de alguna manera nos purifica, nos endereza un poquito para que podamos salir adelante”.
Indicó que la ausencia de Dios se debe a que el ser humano se deja llevar por la superficialidad del mundo; por el dinero; por el poder.
Agregó que esa falta de amor, podría corregirse al acercarse y convertirse a Dios.