Ayuntamiento de Boca del Río administrará el museo del buque Guanajuato

Imagen Ayuntamiento de Boca del Río administrará el museo del buque Guanajuato

Por: Joel Cruz
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Una vez rehabilitado, el Ayuntamiento de Boca del Río administrará el museo del buque cañonero Guanajuato ubicado en el muelle de la cabecera municipal.

El director de Turismo y Desarrollo Económico, Alejandro Lozano Ramos, adelantó que el museo interactivo que operaba la iniciativa privada ahora quedará en manos del municipio.

Explicó que para el rescate de la embarcación se conformó un comité integrado por el Colegio de Ingenieros Civiles; la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC); la Administración Portuaria Integral; Talleres Navales del Golfo; la Secretaría de Marina (Semar); entre otros organismos.

"Estamos en reuniones viendo el desarrollo del proyecto y yo creo que a la brevedad vamos a poder presentarlo completo".

Se prevé que antes de finalizar el 2019 sea presentada públicamente la propuesta que contemple la rehabilitación del buque y el área en la que se encuentra.

Cabe destacar que en 1932 la Secretaría de Guerra y Marina del gobierno de Abelardo L. Rodríguez firmó un acuerdo con la embajada de España en el cual se establecía que México mandaría a construir 15 buques en astilleros españoles.

En junio de 1934 junto con otros 14 buques, el cañonero Guanajuato se bota a la mar y es como se incorpora a la Armada de México. La primera actividad importante que tuvo fue cuando estalló la Segunda Guerra Mundial.

Años después, en 1968 cuando México fue sede de los Juegos Olímpicos, el cañonero participó como guardia del buque Durango que trasladó el fuego olímpico.

Cuando José López Portillo gobernó el país (1976-1982) en calidad de comandante supremo de las Fuerzas Armadas, designó al "Guanajuato" como buque presidencial.

Transcurridos más de 60 años de actividad marítima, en el 2001 durante el sexenio de Vicente Fox Quesada, se optó por dar de baja al buque cañonero “Guanajuato” pero decidió mantenerlo a flote.

A través de la Secretaría de Marina se lo entrega al estado y a través de un comodato en 2008 lo cede a Boca del Río.

La falta de mantenimiento originó que el primer barco interactivo en América Latina fuera deteriorándose hasta llegar a la situación en la que se encuentra actualmente.

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