Don César, es un guitarrista y cantante que con su música se gana la vida recorriendo las playas de Boca del Río.
Él es uno de los ciudadanos afectados por la contingencia sanitaria que el coronavirus ha obligado a adoptar en el país.
El cierre temporal de las playas ha provocado que su única fuente de ingresos haya desaparecido; para él la preocupación por el Covid-19 va más allá de poder contraer la enfermedad, sino de dejar de llevar el sustento a casa.
"Dependemos de la playa y no es nada más que digan, voy a cerrar la playa y ya, deben de poner un centro de acopio donde la gente pueda ir por una despensa porque en realidad hay mucha gente que ahorita de qué vive; en su casa ahorita nos vamos a morir de hambre encerrados", señaló.
Este fin de semana a recorrido kilómetros a pie en busca de personas que gusten escuchar su música por algunos pesos, pero no ha tenido suerte, no ha logrado llevarse un peso a la bolsa.
A pesar de que el sol es inclemente, el padre de familia y principal proveedor de su hogar no se rinde, recorrerá lo que sea necesario para que con su talento musical pueda seguir manteniendo a la familia.
El Covid-19 no solo mantiene en la incertidumbre sanitaria a los veracruzanos, también, muchas familias permanecen con temor al desconocer hasta cuando sus actividades económicas volverán a la normalidad, de lo contrario llevar comida a la mesa será casi imposible.
"Yo chambeo aquí con mi música desde hace 20 años, es la única fuente de empleo que tengo y a dónde me voy a tocar ahorita" dijo.
Comprar víveres para una cuarentena obligada no es una opción para estas familias, quienes viven al día y que por su precariedad económica no tendrán acceso a realizar compras anticipadas.
La otra cara de la contingencia sanitaria se refleja en los rostros de las familias más vulnerables, quienes además de cuidarse de no contraer la enfermedad, tendrán que idear nuevas formas de trabajo para sostener a la familia.
