Sylvester Turner, alcalde de Houston, advirtió que las unidades de cuidados intensivos podrían alcanzar su límite ,incluso antes de 10 días, y señaló que la demanda de pruebas de COVID-19 rebasa la capacidad de la ciudad, donde aproximadamente uno de cada cuatro tests resulta positivo.
En tanto, el Houston Methodist, un sistema de ocho hospitales de primer nivel, tuvo casi 400 pacientes hospitalizados por COVID-19 a finales de junio; siete días después, la cifra fue de 626, pese a que los médicos intentaron ser conservadores al admitir enfermos y dar de alta a otros tan pronto como pudieron.
Asimismo, su principal centro de salud agregó 130 camas en los últimos días y las llenó rápidamente.
Ahora, los administradores estiman que el número de personas internadas en todo el sistema podría llegar a 800 o 900 en las próximas semanas, y planean acomodar hasta mil.
Por su parte, el Departamento de Salud de Arizona, entidad que suma casi 100 mil contagios, indicó que el 90 por ciento de las camas de unidades de cuidados intensivos estaban en uso en la víspera, frente al 60 y 70 por ciento durante marzo y abril.
Kate Gallego, alcaldesa de Phoenix, lamentó la prisa con la que la capital del estado reabrió, y manifestó que la Texas enfrenta además una crisis de pruebas de coronavirus, con personas esperando en filas por ocho horas en sus autos para averiguar si estaban infectados.
Fuente: Reforma/Foto: Archivo/atf
