“Me metí de mesero, yo jamás había mesereado, metí a distintos restaurantes a meserear porque habría que buscar la comida para la familia”.
Él es Roberto Díaz González, desde 2008 radica en Center, Texas, en Estados Unidos y esta es su historia como “veracruzano en el extranjero”.
“Estuve laborando, fue también una experiencia muy bonita para mí el dar clases por 5 años, yo di clases del año 2008 al año 2013”.
Después de cinco años, tenía que acreditarse como maestro de Texas, pero no pasó el examen y no pudo continuar con la docencia.
“Les dije yo me titulé, soy licenciado, esto y lo otro pero y dice mira, aquí ningún título vale, aquí es como empezar de cero”.
Para ese entonces ya había nacido su tercer hijo, su esposa estaba embarazada del cuarto y después de pensar las cosas, decidió quedarse en Estados Unidos.
Roberto, tuvo que empezar de cero, al principio se topó con el estadounidense frío, serio, que no se ríe con facilidad.
“La gente aquí es muy fría, no sé si será el mismo clima o su misma cultura, pero aquí la gente es demasiado fría, uno como veracruzano, como mexicano siempre ese abrazo, ese apapacho, oye sigue adelante, vas bien y todo. En ese aspecto el anglo es muy serio, es muy cerrado a veces, no ríe con facilidad como el veracruzano, eso al principio me costaba mucho trabajo entender”.
Por dos años se dedicó a diversas actividades, pero una tarde se encontró con un exdirector de una escuela donde prestó sus servicios y le hizo una oferta que no pudo rechazar.
“Desde noviembre del 2013 hasta la fecha, enero de 2021 ya estoy laborando en este gimnasio como encargado y lo que más me gusta es que yo soy el único empleado en este gimnasio”.
En el 2013 empezó el gimnasio con 200 personas suscritas, actualmente cuenta con alrededor de 700.
Las oportunidades son diferentes, con lo que gana, Roberto puede mantener a su familia o llevarlos de paseo o a un buen restaurante.
“A mí, me pagan por ejemplo, quincenalmente estamos hablando de son cerca de 3 mil dólares, 6 mil dólares al mes más o menos”.
Roberto paga impuestos y está satisfecho con el uso que el gobierno le da a estos recursos.
“Yo anualmente en impuestos de casa pago alrededor de mil 500 dólares, anual, de esos mil 500 dólares, 700 dólares, un poco más de la mitad se van a las escuelas, más de la mitad de los impuestos va directamente al distrito escolar de cerca”.
A más de una década de vivir en el extranjero, extraña el sabor de Veracruz.
“Extraño la comida, extraño las gordas, extraño las picadas, extraño las tortas, extraño los tamales”.
Pero no sólo extraña la comida, también añora a su gente y el ritmo veracruzano.
“Extraño a mi gente, la esencia de la gente, esa gente que se da, esa gente dónde tú puedes platicar, dónde tú puedes entablar una conversación, reírte de la vida también, en dónde te puedes echar una salsa, un danzón en las calles sin miedo a que te digan algo, el calor de la gente, de la familia, la esencia de mi Veracruz que es único en el mundo”.
A doce años de vivir en Estados Unidos, Roberto nos cuenta a qué regresaría a su tierra.
“Si regresaría porque los recuerdos más hermosos que he tenido en mi vida han sido México, porque finalmente fue la tierra que me vio nacer, pero Veracruz, a mi Veracruz es un sentimiento muy profundo el que yo tengo, tengo familia viviendo en Veracruz y yo sé que como Veracruz, no hay otro lugar igual.”
Roberto hace una pausa y continúa, “el oler Veracruz, su comida, su gente, sus calles, eso a mí me gustaría enseñárselo a mis hijos, miren hijos, yo aquí crecí, yo aquí viví, esto es Veracruz, eso es parte de ustedes también, porque ustedes tienen mezcla mexicana y norteamericana”.
Después asegura que si regresaría a Veracruz, “sí me gustaría regresar, pero regresar de visita, de turismo, de que conocieran ellos, pero ya para vivir, ya no, ya no me gustaría esa forma de estar de regreso en Veracruz”.
Pero también explica por qué no regresaría a vivir a Veracruz donde estuvo hasta el 2008.
“No porque la situación en la que se ve lamentablemente envuelto nuestro México y Veracruz, tanta violencia, tanta violencia, tanta inseguridad, falta de empleo que por ese lado, a mí no me gustaría regresar”.
Aunque está seguro, por el momento su proyecto continúa en Estados Unidos, “no puedo decir que no al 100 por ciento verdad, pero, por lo pronto me quedaría aquí porque mis hijos van creciendo ya con otra cultura y ellos han vivido todo el tiempo más aquí que allá”.
Como veracruzano, Roberto Díaz, asegura que siempre busca poner en alto el nombre de Veracruz.
“Nadie es profeta en su tierra, entonces yo como veracruzano, siempre pongo en alto el nombre de Veracruz en este lugar, de que somos gente trabajadora, de que somos gente bulliciosa, de que somos gente entregada pero sobre todo que tratamos de ayudarnos el uno para el otro para salir adelante”.
Con cuatro hijos y su esposa, Roberto recuerda a su tierra, a sus amigos y a su familia, pero ha hecho una vida en Estados Unidos y busca crecer en su nuevo hogar, este el mensaje de Roberto en Veracruzanos en el extranjero.
