El pasado fin de semana en una gran parte del país inició el llamado horario de verano, que consistió en adelantar una hora el reloj, para dejar atrás el de invierno.
Con la modificación del tiempo, a algunas personas les ha sido complicado adaptarse y en redes sociales han expresado su disgusto y problemas que se han generado.
Ulises Jiménez Correa, investigador de la Clínica de Trastornos del Sueño, de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, explica que el cerebro tiene un ritmo distinto al horario que ahora nos rige.
"El resultado es que la primera semana del horario de verano nos cuesta un poco de trabajo adaptarnos, sin embargo a lo largo de esta primera semana se van remitiendo los síntomas".
El experto afirma que las repercusiones son mayores cuando una persona padece un trastorno del sueño, o mejor conocido como insomnio.
"La indicación que se nos da es que nos acostemos una hora antes, pero si tenemos dificultas para empezar a dormir, que ese es uno de los síntomas del insomnio o fase atrasada del sueño, es que vamos a tardar una hora para empezar a dormir".
Entre tres y cinco días una persona sin problemas para dormir, se adapta al nuevo horario, aunque en ese transcurso se resiente un poco sin más alteraciones, pero mucho tiene que ver el estilo de vida.
Los adultos que están en etapa productiva son quienes más efectos perciben pues traen a cuestas la responsabilidad laboral y complicaciones diarias.
Recomendó a la población evitar automedicarse, consumir bebidas alcohólicas o introducir al cuerpo drogas para poder dormir más rápido, porque pueden ocasionar otros problemas.
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