Se rindieron honores al almirante Manuel Rodríguez Gordillo la mañana de este martes en las instalaciones de la Base Aeronaval de “Las Bajadas” en esta ciudad de Veracruz, donde se recordó la trayectoria exitosa que tuvo, y el legado que dejó a la institución y toda su familia.
Lo que más marca a quien fuera jefe del Estado Mayor Naval, es aquella denuncia que hizo en el año de 1980 cuando llegó un cargamento de leche proveniente de Irlanda del Norte, la cual presentaba actividad radioactiva a consecuencia del accidente de Chernóbil.
Ello ocasionó fuera perseguido y encarcelado por motivos “políticos” según narra su hijo Manuel Rodríguez después de haberle rendido honores al interior de la Base Aeronaval junto con familiares y amigos.
Recordó que su padre siempre fue exigente en lo que hacía y pedía, especialmente en su trabajo, ya que en aviación donde se especializó, el más mínimo error puntualizaba, podía cobrar vidas de los tripulantes en una aeronave.
Rodríguez Gordillo, dio clases se física y matemáticas; fue instructor de vuelo, primer piloto mexicano en recibir entrenamiento en portaviones. Recuerdan que su compañero de estudios y alojamiento fue el astronauta Michael Collins, comandante de la misión del Apolo 11 que llego a la luna por primera vez.
A mediados de los años 80´s, para poner en órbita el satélite Morelos 1, se publicó una convocatoria para que un mexicano participara en el vuelo del Atlantis, ello motivó a su hijo consiguiera las bases en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes para informarle a su papá formara parte de ello, sin embargo, la respuesta del almirante fue, “hijo, México en mí perdió a un astronauta y no quiero ser un pasajero”.
Sus últimos años fueron viviendo a unos metros de la Escuela Náutica, donde todos los días en punto de las seis de la tarde se sentaba donde se encuentra en muro de Los Pescadores, y acudía a tomar café al centro de Veracruz junto con sus amigos para contar anécdotas y recordar todas esas experiencias vividas.
