Los glaciares se forman cuando por mucho tiempo las temperaturas permanecen bajo cero grados en las montañas y así se van formando varias capas hasta alcanzar grosores importantes. En el caso del Pico de Orizaba, que tiene más de 5 mil 600 metros de altitud aún mantiene zonas con temperaturas bajo cero por más de un año a una altitud de 5 mil 200 metros, pero si ese glaciar desaparece, podría generar repercusiones graves en las poblaciones, informó Hugo Delgado Granados, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM.
Lamentó que ese último glaciar "Jamapa" se está deteriorado aceleradamente y puede desaparecer en 5 a 10 años, por lo que los hielos no logran permanecer.
El deterioro también tiene que ver con la ausencia de lluvia, solo existen precipitaciones en forma estacional, la cual se vuelve hielo pero no dura mucho tiempo. Baja lluvia y aumento de la temperatura son dos factores que afectan la permanencia del glaciar.
El aumento de la temperatura tiene que ver también con la actividad humana en las montañas, así como la propia actividad volcánica interna, aunque estén inactivos como el Citlaltépetl, generan flujos de calor.
El investigador de la UNAM, dijo que la desaparición de los glaciares genera que la montaña absorba el calor y no refleje los rayos del sol, lo que también contribuye a su deterioro.
Refirió que la desaparición del glaciar Jamapa podría traer graves consecuencias como desabasto de agua a las poblaciones aledañas, incluidas zonas bajas como Veracruz y Boca del Río.
Sin embargo otros efectos que se pueden generar son escurrimientos de agua de forma catastrófica que puede generar desastres naturales por su fuerza destructiva, además de deslizamientos de tierra poniendo en riesgo a las poblaciones.
Ante ello, las autoridades deben tomar medidas preventivas para mitigar los riesgos, señaló Hugo Delgado Granados, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM.
