El gobierno federal y los gobiernos estatales y municipales no pueden evadir su responsabilidad ante los graves y violentos hechos registrados en los ultimas días en diversas ciudades de México.
Sin embargo es evidente que detrás de esta escalada hay grupos que buscan incendiar al país.
No fueron hechos aislados, fueron acciones coordinadas estratégicamente en tiempo y forma, los ataques fueron dirigidos a centros de consumo, vialidades y lo peor, en contra de la población civil.
La guerra es un negocio sucio, y se vuelve más sucio cuando detrás hay grupos políticos, empresariales y organizaciones delictivas que se alían para desestabilizar a un país.
¿A quién le conviene generar un escenario de caos a partir de acciones de narcoterrorismo como las ocurridas esta semana?
¿Quién mece la cuna, quién gana y quién pierde?
Se está generando un escenario de miedo y terror, escenario propicio que justificaría una intervención militar.
La pregunta es, ¿desde dónde?
Terapia de shock.
Reflexión final:
A Porfirio Díaz lo expulsaron los liberales, a Benito Juárez lo acosaron y asediaron los conservadores, a Madero lo asesinaron los militares.
Hay quienes con tal de ver caer a este gobierno, estarían dispuestos a incendiar al país.
