Opinión

Ausencias, dudas y traiciones

Por Artillero / Moisés Hernández Yoldi

Un amplio sector de la sociedad busca una alternativa para dar frente a Morena en las urnas, pero no lo encuentra. Se topa con una clase política poco confiable, inconsistente, titubeante y frágil.


La presencia, claridad y definición de los senadores de oposición es clave en medio de la discusión y votación de la propuesta para mantener al Ejército en las calles hasta 2028.

El presidente y los senadores de Morena buscan imponerse, y para ello han echado mano de todas las argucias políticas para seducir, convencer o someter a los opositores.

PRI, PAN, PRD y en este caso también Movimiento Ciudadano, han logrado frenar la iniciativa de reforma constitucional en el senado.

En medio de esta “guerra política”, muchas han sido las tentaciones para los opositores, incluyendo embajadas, gubernaturas e incluso el perdón de la “justicia” .

Las negociaciones entre los operadores políticos de Morena, con algunos legisladores de oposición, es evidente y está bajo el escrutinio de los medios y de la opinión pública.

En este escenario, tres hechos ocurrieron esta semana en las filas del PAN, dos ausencias y una deserción.

La primera ausencia fue la del senador Julen Rementeria del Puerto, quien a pesar de ser el coordinador del grupo parlamentario de su partido, no asistió a la votación en comisiones de la ley en cuestión. El argumento del senador fue que el vuelo que lo llevaría a CDMX sufrió un retraso y eso le impidió llegar a la votación.

La otra ausencia que llamó la atención fue la de la senadora Indira Rosales San Román, en su caso nadie sabe y nadie supo, porqué no acudió a tan importante sesión, discusión y votación.

En ambos casos, los senadores Rementeria e Indira, actuaron de manera irresponsable y poco congruente.

Pero la cereza del pastel la puso el senador yucateco, Raúl Paz Alonzo, quien a unas horas de la votación, anunció que dejaba al PAN y que se iba a Morena.

Un amplio sector de la sociedad, inconforme con el actual gobierno, está ávido de ser representado, ese sector, integrado principalmente por lo que el presidente llama “clase media aspiracionista’, busca una alternativa para dar frente a Morena en las urnas, pero no lo encuentra. Se topa con una clase política poco confiable, inconsistente, titubeante y frágil.

Es tiempo de definiciones, de respaldar con hechos las palabras.