Referirse a Oaxaca es tener el boleto de ingreso a un mundo mágico. Tierra, gente, comida, costumbres no solo hace alusión a Guelaguetza a pesar de su música y vasto colorido sino a una historia ligada a la nación, desde varias perspectivas: Juárez, Romero, Díaz, los hermanos Flores Magón, Vasconcelos.
No obstante desde los zapotecas y mixtecas esta parte de la geografía de México posee ya un peculio enorme. La greca, por citar un ejemplo tan significativo en Mitla de carácter prácticamente universal según la teoría de Jung y el inconsciente colectivo, pues se asemeja a la griega y a otras, es un símbolo.
Y sin símbolo no hay arte y Oaxaca es tierra de artistas. Sus esculturas prehispánicas, su sincretismo religioso, su barro negro, el mole, el mezcal, sus textiles, su arquitectura y Santo Domingo, La Iglesia de Nuestra Señora de la Soledad, sus tehuanas y sus bailes, sus vestidos, sus alhajas, sus ciruelas licoradas, Macedonio Alcalá, Andrés Henestrosa, María Sabina,Rufino Tamayo, Morales, Santiago, Toledo por mencionar algunos todos son Oaxaca y todos color y ensueño.
Por tales razones este hermoso estado visita otros y el nuestro, Veracruz le abre un espacio a su fiesta y tradición. Así en el Parque Zamora se presenta un nutrido grupo de oaxaqueños quienes nos deleitarán con una serie de actividades relacionadas con el danzón pues el creador de Neiredas fue oaxaqueño Amador Pérez Torres, con las artesanías y su variada y rica gastronomía.
La responsabilidad del evento recae en el maestro Alberto Vázquez, artesano gentil y coordinador de las eventualidades artísticas de esta bella región.
Habrá además Conciertos de Band de Viento, la famosa Calenda y Danza de las ocho regiones de Oaxaca empatadas con la Guelaguetza magna celebración dedicada a la Virgen del Carmen y a la unión de pueblos de la entidad para convocar a la paz y a la armonía.
Oaxaca en Veracruz es hoy un lazo de hermandad y un intercambio de notas, hechuras, líneas y canciones entre la esencia mixteca-zapoteca, Totonacan y Sotavento.
