Opinión

¿Qué hacen los buenos estudiantes?

Por Roberto Matosas


 

Postman y Weingartner en su libro 'La enseñanza como una actividad subversiva' dan un excelente perfil de un buen estudiante.

En primer lugar, los buenos estudiantes tienen la confianza en su capacidad para aprender. Esto no significa que a veces no se frustrem y se desanimen. Sí, también pasan por esos momentos, pero tienen una profunda fe en su capacidad de resolver problemas, y si ellos fallan en un problema no están incapacitados para enfrentar otro.

Los buenos estudiantes tienden a disfrutar de la solución de problemas. El proceso les interesa.

Los buenos aprendices parecen saber lo que es relevante para su supervivencia y lo que no lo es. Ellos tienden a resentirse de que nos digan que algo es "bueno para ellos saber ', a menos que, por supuesto, su" detector de basura' les aconseja que es bueno saber - en cuyo caso, se resienten si se les dice de todos modos.

Los buenos aprendices, prefieren confiar en su propio juicio. Ellos sospechan de las "autoridades"... que los desalientan (a ellos)... de confiar en su propio juicio.

Los buenos aprendices por lo general no tienen miedo de equivocarse. Reconocen sus limitaciones… En otras palabras, ellos pueden cambiar de opinión.

Los buenos aprendices enfáticamente no son de los que responden rápido. Ellos tienden a retrasar su juicio hasta que no tengan acceso a toda la información que ellos imaginan estará disponible.

Los buenos aprendices son flexibles. Mientras que casi siempre tienen un punto de vista acerca de la situación, son capaces de cambiar a otras perspectivas a ver lo que pueden encontrar. ...  Parecen entender que las respuestas son relativas. Por eso, cuando se les hace una pregunta, los buenos estudiantes con frecuencia comienzan sus respuestas con la palabra "depende".

Los buenos aprendices tienen alto grado de respeto a los hechos (que ellos entienden como provisionales).

Los buenos aprendices, en su mayor parte, están altamente cualificados en todos los comportamientos lingüísticos que componen lo que llamamos investigación. Ellos saben cómo hacer preguntas, son persistentes en el examen de su propia suposición... utilizan metáforas ... son aptos para ser cautelosos y precisos en hacer generalizaciones, y participan continuamente en la verificación de lo que creen; son observadores atentos...

Tal vez lo más importante, los buenos estudiantes no necesitan tener una resolución absoluta, final e irrevocable para cada problema. La frase, "no lo sé", no les deprime.

Me gustaría añadir que, posiblemente, están dispuestos a aprender de cualquier persona, para compartir sus ideas y respetar las diferentes experiencias de vida y las culturas de los demás.

Lo que tenemos que hacer como maestros es crear un ambiente en nuestras escuelas y aulas que tales comportamientos pueden florecer. Obviamente esto no puede suceder en la escuela con la enseñanza y los temas fragmentados. Estamos hablando de un entorno en el que todo el amplio espectro de comportamientos de aprendizaje - tanto las actitudes y habilidades – se está empleando todo el tiempo; de un problema a otro, desde el preescolar hasta la escuela de posgrado.

Es obvio que las actitudes y creencias de los profesores son un elemento vital para fomentar tales pensadores.

Lo anterior fue escrito en 1969, ¿qué ha cambiado?