Opinión

Los mireyes en el país de los wannabes

Por Trixia Valle Herrera


 

¿Los qué en el quéeeee? Resulta que a los nuevos “Juniors” tradicionales hoy se les llama mireyes. Esta definición aplica para quienes gozando de una elevada posición económica, alimentan su vida de gustos y derroches, similares a los que vemos en el vídeo de Generación Cumbres 2015, que está circulando en redes sociales, donde los alumnos hacen un casting para elegir a su acompañante de graduación mientras cuidan a su mascota –un jaguar-, toman bebidas exóticas y disfrutan un spa de pies… http://www.youtube.com/watch?v=BO_bfF-_8W8

Si bien, siempre han existido los ricos, jamás hemos visto estas evidencias de prepotencia sobreexpuestas en redes sociales para hacer más evidentes las diferencias en nuestro país. También dejan en claro que la mujer es un objeto decorativo y que el hombre tiene todo el derecho de mostrarse despectivo con las “feas” sin importar sus sentimientos, todo esto con la bendición de su orientador moral, ya que se trata de jóvenes provenientes de una escuela religiosa.

Existe un interesantísimo libro que menciona el fenómeno denominado “El Mirreynato” del autor Ricardo Raphael http://ricardoraphael.com/libros/el-mirreynato/ quien relata de forma amena éste fenómeno que puede parecer gracioso pero que en definitiva no lo es… Aún más cuando las condiciones económicas de nuestro país no permiten a la mayoría de gozar de dichos privilegios y sólo muy pocos se pueden dar esa vida de reyes, creyendo que tener dinero les da derecho de ser prepotentes, aunque sabemos que nadie tiene este derecho. Así muchos jóvenes copian estas conductas nefastas para sentir que tienen un status mayor y así querer destacar socialmente con poses de divo.

Sin embargo, cuando una amiga y destacada comunicadora preguntó a algunos jóvenes a cuántos mireyes aunténticos conocía, las caras de “niidea” surgieron; la pregunta se refería a esos ricos y poderosos que a billetasos compran sus caprichos y obtienen lo que quieren, usan ropa de marca, viajan en lujosos coches y aviones y por supuesto que son VIP porque pueden pagar lo más caro de lo caro. Ante la pregunta, los jóvenes quedaron desconcertados puesto que no conocen a nadie así, a nadie que tenga tales condiciones económicas, no obstante, conocen a  muchos, muchísimos que tienen una pose así, que se lo creen pero no lo tienen, así resultan ser wannabes.

Los wannabes como su nombre lo indica habla de los que: quieren pero no pueden, creen que son pero no son y se sienten lo máximo sin serlo, porque nadie lo somos. Esta pose de inseguridad crea muchos conflictos por estar demostrando quien es mejor, más rico, más fuerte, más poderoso, más güerito, y en conclusión, quien mayores condiciones que lo protejan de los demás. La actitud de prepotencia es sólo un disfraz del miedo. Del miedo a ser rechazado. Del miedo a ser excluido. Del miedo a ser etiquetado como alguien no valioso. Del miedo a sufrir bullying.

La desigualdad comienza ahí, en nosotros al tratar de ser lo que no somos pues es una máscara peligrosa que nos disfraza de nosotros mismos y genera mayor rechazo por parte de los demás. Mientras que al ser nosotros mismos es fácil ser queridos y reconocidos por los demás seres de nuestro planeta quienes buscan gente que se sepa vulnerable y no pretenda ser alguien más. Así reza un letrero en mi escuela favorita de Guatemala donde nos dice “Making mistakes is better tan faking perfections”, lo que significa que cometer errores es mejor que fingir perfección. Si todos nos atreviéramos a dejar la máscara y ser nosotros mismos, la vida sería diferente. Diferente no sólo en la parte social, sino también en la parte moral, pues el robo desmedido y la necesidad de tener y tener obedecen a este mismo fenómeno wannabe en el país de los mireyes que nos dice que sólo quien tiene vale y así más vale robar que no tener. ¿Hasta cuándo? Hasta que nos demos cuenta de todo lo que se pierde a cambio de unos cuantos pesos y una camioneta Escalade… Creo que el precio a todos los queda claro.