Opinión

¡Educa con su ejemplo!

Por Roberto Matosas


“No es negarme a perder, es negarme a tirar la toalla. Eso es lo que me hace feliz cuando termina todo: saber que yo he hecho todo lo que he podido, y que si he perdido, he perdido”.
Rafael Nadal
Confieso mi admiración por uno de los mejores deportistas que ha dado el siglo: Rafa Nadal. Y no tanto por una trayectoria que es enorme en lo deportivo; su impronta la ha dejado en la grandeza con la que despliega su juego, su entrega y... ¡Su actitud… Cuando se le ve actuar, cada punto lo juega sin tener en cuenta el resultado momentáneo! ¡No se sabe si va ganando o va perdiendo 5:1! Lo más complicado para cualquier competidor: aislarse del resultado y dar lo mejor en cada momento. Y esto, que es una constante en lo que aspiramos en el rendimiento con todos los deportistas- centrarse en el aquí y ahora, pensar que el día de la competencia es una máquina, que nada puede afectarle y que si otros lo han conseguido él también lo puede repetir, es la marca permanente en Rafael Nadal, la esencia de su rendimiento, admirable, realizador y consistente!
“Lo que te hace ganar es querer ganar y querer hacer todo lo que toca hacer para ganar. Querer trabajar cuando no te apetece. Saber aguantarse en los momentos complicados pensando que van a cambiar”. Rafael Nadal, Roland Garros 2011
La historia de los primeros años de Rafael está vinculada, como es lógico, a sus padres, hermana y abuelos, y muy especialmente a sus tíos y a los amigos de su familia. Ellos recuerdan a Rafa como un chavo peinado para atrás, un niño-mascota al que con cinco/seis años, y a cualquier hora, se llevaban a los partidos de fútbol sala que todos ellos, los mayores, disputaban.
Toni Nadal pronosticó sin pestañear a su sobrino Rafa un futuro extraordinario en el mundo del tenis.
De aquella época es la anécdota que protagonizan Toni Nadal, siempre entrenador y tío de Rafa, y Carlos Costa, el gran tenista profesional que llegó a ser top ten mundial. Corría el año 1992 y Carlos acababa de ganar el Campeonato de España de tenis que se jugó en Palma de Mallorca. Cuando se dirigía al aeropuerto para regresar a Barcelona, Toni Nadal, que iba en el mismo coche, le habló a un incrédulo Carlos de un sobrino suyo, llamado Rafa, al que pronosticó sin pestañear un futuro extraordinario en el mundo del tenis. Lo que son las cosas: hoy, y desde hace algunos años, Carlos es el mánager de Rafa y su hombre de confianza...
"No importa ganar tanto un Grand Slam o ser el N° 1, sino cómo vas construyendo tu carrera. Lo que importa es el final del camino."
Rafael Nadal, LA NACIÓN Buenos Aires, 11.IX.2010
La memoria de la infancia del tenista era –y es– cosa de los suyos, de su familia y, como nos cuenta el proverbio africano, de la tribu entera que contribuyó a su educación; pero en estos años, ahora mismo, los recuerdos de los más cercanos (y de millones de personas en decenas de países) están unidos a los triunfos deportivos de Rafa, a su trayectoria vital, a la conquista de los grandes torneos, a los récords que el mallorquín pulveriza cada temporada, a su respeto por todos y cada uno de sus contrincantes, a su lucha contra las siempre inoportunas lesiones que tanto le han enseñado y, en fin, a su ejemplo en las victorias y en las derrotas, sabedor nuestro protagonista de que –como escribe Rosa Montero– ni el éxito ni el fracaso son estaciones de destino sino de paso, intercambiables y efímeras, también después de ganar en París y de perder en Londres, dos hechos que sin duda imprimen carácter y ayudan en ese proceso formativo que nunca debe agotarse. Y es que el profesor Nadal, casi sin darse cuenta y desde luego sin pretenderlo, educa con su ejemplo.
"Yo no quiero ser mejor que los demás, eso no me interesa. Mi sueño siempre es superarme, quebrar mi propia barrera."
Rafael Nadal LA NACION, Buenos Aires, 11.IX 2010
La educación es lo menos material que existe, pero es la fuerza espiritual y lo más importante para los pueblos. Y, aunque la tentación política está siempre presente, no podemos dejar que la educación se convierta en un privilegio sino garantizar la igualdad de los ciudadanos para procurar su necesario progreso y desarrollo. La educación es un bien esencial para que los ciudadanos podamos ser libres en la sociedad que hemos elegido para vivir, y que gracias a esos conocimientos podamos desempeñar democráticamente nuestro trabajo, fomentando la sociabilidad, la razón, la cultura o nuestras aficiones deportivas.
Con su trayectoria, Rafael Nadal nos demuestra que la educación no solo se refiere a su talento, a lo que uno sabe hacer: por ejemplo, pasar una bola por encima de la red con efecto, colocación y/o fuerza. La educación incluye, como en el caso del tenista español, valores, esfuerzo, urbanidad, darle valor a la palabra, ser decente, apreciar los derechos individuales y respetar las diferencias. Todos, y algunos más, contenidos necesarios para formar ciudadanos competentes, que sepan lo que tienen que hacer, comprometidos, responsables y necesariamente solidarios.
Ahora mismo, los recuerdos de los más cercanos están unidos a los triunfos deportivos de Rafa Nadal.
Acaba de hacerse público el informe de la OCDE sobre la educación en el mundo. Para muchos países mal, claro. Y más allá de políticos o de ministros de Educación, llámense como se llamen, y dejando la universidad para otra reflexión, pareciera que todos, también padres y educadores, hemos olvidado algo que no puede discutirse: que la gran revolución tiene que hacerse en los colegios, en las enseñanzas primaria y secundaria, sin olvidar la formación profesional.
Las escuelas y las familias tienen que ser la fortaleza, la defensa avanzada frente a todos los ataques de una sociedad como la actual, irreverente y egoísta, que ha sacralizado el facilismo y el dinero.
Y, además, familias, colegios y escuelas deben ser el taller donde eduquemos a los hombres y mujeres, en definitiva a las personas sobre cuyos hombros recaerá en el futuro la responsabilidad de hacer más grande a un país y mejores a los ciudadanos que lo habitamos. Hagámoslo con lo que más enseña, con ejemplos: el de Rafael Nadal que, como su propia historia, es ya irrepetible.
Cuando aprendes no eres LA PERSONA + LO APRENDIDO
¡Cuando aprendes te conviertes  en una PERSONA DIFERENTE!
matosas@hotmail.com
 
Propiciar entornos que guíen a los individuos talentosos y trabajadores, y los ayuden a encontrar el camino más idóneo para crecer profesionalmente, al desarrollo y la educación continua.