Opinión

Inteligencia Ejecutiva para líderes-coaches y docentes (Parte 1)

Por Roberto Matosas


 

He estado leyendo las opiniones sobre el nuevo libro de José Antonio Marina con Carmen Pellicer, ‘La Inteligencia que aprende’. José Antonio, mentor de Educación del Human Age Institute y Carmen, presidenta de AECODE, Asociación Española de Coaching Educativo, son dos de las personas más investigadoras e intelectualmente de gran capacidad en la búsqueda de mejores caminos educativos. La obra de Marina es, no solamente valiosa, también de enorme trascendencia para todos aquellos que sabemos de la importancia de entrenar cada día, y a todos los niveles de actividad, a las personas que dirigen grupos, ya sea líderes-coches, gerentes y docentes. Para estos es un libro de gran significación y que recomendamos sin ningún tipo de peros. 

En el prólogo, una sentencia decisiva: “Somos la única especie que educa a sus crías. Esto es lo que nos define. Aprendemos y transmitimos lo aprendido”. Si esto es lo que nos hace humanos, lo más humanista es la educación. No puedo estar más de acuerdo.

La función principal de la inteligencia es “dirigir el comportamiento para resolver los problemas que plantea una situación”. La inteligencia humana se organiza en inteligencia generadora (“el manantial no consciente, operativo”) y la inteligencia ejecutiva. Es el umbral de la consciencia (¿la décima parte, según Eric Kandel; la millonésima?) el que separa una de la otra. La capacidad de autodeterminación, de autonomía, constituye la esencia de la especie humana (Roy Baumeister). El nuevo enfoque educativo reivindica la inteligencia ejecutiva. Por ejemplo, para el Instituto de Educación de la Universidad de Londres, son

•             La motivación

•             El autocontrol

•             La metacognición

•             Las relaciones sociales, la resiliencia y

•             La capacidad para enfrentarse a los problemas lascompetencias que marcan la diferencia.

¿Se pueden educar? Por supuesto… si un@quiere. Marina y Pellicer citan a Lev Vigotski: en los primeros años, la inteligencia ejecutiva del niño está fuera de él, en sus cuidadores.

Disfunción ejecutivaen el aula (Lynn Meltzer): Inhibición, Flexibilidad, Control emocional, Inicio de la acción, Memoria de trabajo, Planificación/Organización, Organización de materiales, Monitorización. Los autores nos revelan un apunte genial. Citando a Jack Block (Berkeley): “Un control excesivo hace que las personas se encuentren exageradamente constreñidas. Tienen dificultad para tomar decisiones y pueden retrasar exageradamente la gratificación o negarse a recibir determinadas satisfacciones”. Tienden a ser compulsivos, están reprimidos y padecen de ansiedad.

La primera parte del libro describe las funciones ejecutivas. Son once. Como equipo, colaboran entre sí, y se desarrollan a través de nueve herramientas, nueve colores de la paleta pedagógica:

1. Organizar el entorno de manera adecuada para facilitar el aprendizaje.

2. Premios.

3. Sanciones.

4. El ejemplo (“el ejemplo hace al líder”).

5. Cambio de creencias.

6. Cambio de sentimientos y deseos.

7. El razonamiento.

8. La repetición y el hábito.

9. La reflexión sobre el aprendizaje.

La segunda parte, la de la Didáctica de las funciones ejecutivas, comienza con una cita de Antoine de Saint-Exupéry: “En la vida no hay soluciones. Solo hay fuerzas en marcha: es preciso crearlas y luego vendrán las soluciones”. Frente a los extremos del milagrismo (casualidades) y el resultadismo (los atajos), el virtuoso término medio de generar hábitos saludables con los que antes o después obtendremos los resultados que buscamos. El éxito no es por casualidad.

Como un equipo de fútbol, tenemos once jugadores (once funciones ejecutivas) en cuatro bloques omódulos.

El primer módulo es el de la gestión de la energía y de la corriente de consciencia. “Encendemos motores” con la primera función ejecutiva: La activación de la energía.

•             ¿Nos ponemos en marcha sin que nos lo pidan?

•             ¿Somos rápidos al afrontar los problemas que surgen?

•             ¿Dura la energía el tiempo que necesitamos para colaborar?

•             ¿Descansamos cuando lo necesitamos y volvemos a empezar sin remolonear?

•             ¿Estamos alertas a lo que pasa a nuestro alrededor?,

•             ¿Sabemos cuándo y cómo rendimos más?

Hay una energía biológica (atención), psicobiológica (desanimad@s o animad@s) y personal (personalidades activas y pasivas). CP y JAM no entran en la energía espiritual, no por falta de ganas, sino porque “hacerlo sin una explicación pertinente podría generar muchas confusiones”. El Compromiso, la energía que ponemos a un proyecto (vital y/o profesional) ya sabes que es la suma de energía física, mental, emocional y de valores. Robert Thyler habla de energía/cansancio y calma/tensión, que ofrece cuatro posibilidades. En esta función, como en cada una de esta alineación, hay indicadores de logro (KPIs, diríamos en el mundo empresarial), factores para desarrollarla y obstáculos a superar, estrategias de intervención (contexto, modelado, desafío).

•             En este equipo jugamos con tres centrales. Segunda función ejecutiva, es la atención y la gestión de la energía.

•             ¿Podemos fijarnos cuando queremos en un punto determinado?

•             ¿Nos concentramos en hacer algo con facilidad si hace falta?

•             ¿Reconocemos las cosas importantes y que no hace falta que recordemos?

•             ¿Nos acordamos de lo que tenemos que hacer aunque pase un tiempo largo?

•             ¿Nos sabemos aislar sin dejar que nos moleste nuestro entorno?

•             ¿Rectificamos si se nos va la cabeza y volvemos a ponernos a la tarea?

•             ¿Estamos alerta y nos damos cuenta con rapidez de lo que pasa?

Tercera función ejecutiva: La gestión de la motivación. ¡Preparados, listos, motivados! 

¿Qué cosas hacemos bien, con las que disfrutamos? 

¿Qué nos gusta aprender más?

¿Qué cosas hacemos con esfuerzo sin que nadie nos las pida?

¿En qué cosas sentimos que mejoramos cada día?

¿Qué hacemos cuando algo sale mal?

¿Por qué preferimos que nos admiren nuestros compañeros? “El fin de la educación es enseñar a desear lo deseable” (Aristóteles). Motivación por deseos, incentivos o factores facilitadores.

Y el último, es la gestión de las emociones. Encender la mecha.

•             ¿Cómo reacciona nuestro cuerpo cuando nos emocionamos?

•             ¿Sabemos qué cosas influyen más en nuestro estado de ánimo?

•             ¿Podemos calmarnos a nosotros mismos cuando lo necesitamos?

•             ¿Reconocemos cómo influyen nuestros sentimientos en las decisionesque tomamos?

•             ¿Evitamos las situaciones que nos generan malestar?

•             ¿Comprendemoscómo se sienten los demás ante determinadas situaciones?

La conclusión de este bloque es la actitud proactiva. La actitud (“postura”, en italiano) no setiene, ni se “es”, se adopta. Indica un aspecto voluntario; se practican hastaque se convierten en un rasgo de carácter (“segunda naturaleza”, como diría Aristóteles).

Segundo módulo, el de la acción dirigida a meta. Son nuestros carrileros y nuestro trío de medios. Porque “el proceso de educación es el de una transferencia paulatina de responsabilidad”.

La quinta función ejecutiva, es el control de la impulsividad.

•             ¿Podemos esperar a hacer algo que nos apetece si es necesario?

•             ¿Mantenemos la calma ensituaciones tensas?

•             ¿Esperamos el turno de palabra cuando trabajamos en grupo?

•             ¿Respetamos las normas aunque no estemos de acuerdo?

•             ¿Escuchamos con atenciónhasta el final lo que nos dicen?

•             ¿Pensamos en las consecuencias de lo que vamos a hacer antes de lanzarnos a ello?

•             ¿Valoramos distintas opciones antes dereaccionar ante un conflicto?

•             ¿Reflexionamos bien lo que vamos a hacer cuando algo es importante?

Continuará…