A la mitad del actual gobierno, 3 de 6 años, se abre una guerra de cifras para mostrar que estamos mejor o peor que antes de la llegada de la actual administración. Las principales variables macroeconómicas: inflación, empleo crecimiento, devaluación, déficit, se acomodan para mostrar que mejoramos o empeoramos; pero preguntemos a la mayoría de los mexicanos, como sienten sus finanzas: mejor o peor.
Las variables externas perjudicaron al actual gobierno, dicen las autoridades. No es lo mismo gobernar con un precio del petróleo a casi 100 dólares que con uno menor a 40. Pero ahora el crecimiento de EUA, principal motor que ayuda al crecimiento de México, es mayor que en últimos años del sexenio anterior, cuando en el 2009 sufrimos la peor recesión mundial desde 1929.
La Secretaria del Trabajo dio cifras que muestran que aumentaron los salarios reales por una baja de la inflación, mientras el INEGI señaló que se redujo el ingreso de los hogares en un 3.5% en el 2013 y 2014.
El crecimiento en el último año de Calderón fue del 4%, ahora andamos por el 2%. La devaluación acumulada en los sexenios de Fox y Calderón, 12 años, fue del 17%, mientras en los primeros tres años de Enrique Peña Nieto, de casi 30%.
Mi percepción es que el actual gobierno por dar más importancia a ganar elecciones, descuidó y pospuso, ante una esperada baja del petróleo, el equilibrar sus finanzas mediante una reducción del gasto público a partir del 2014. Las trató de equilibrar con más impuestos, que es la principal causa, no factores externos, de los bajos crecimientos y de la reducción de ingresos en los hogares mexicanos.
Le apostamos a que la economía mexicana mejore, aproveche la recuperación de Estados Unidos, destino de la mayoría de las exportaciones; pero para lograrlo es necesario reducir la carga fiscal, el gasto público, la sobre reglamentación y la corrupción.
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Profesor de Economía Política
