Opinión

Bipolaridad educativa

Por Ramón de la Peña


Recibí dos mensajes interesantes, de un par de colegas y amigos,  relacionados con el comportamiento negativo que tienen las personas que están en los extremos del nivel económico, educativo y social, los cuales comparto con usted para nuestra mutua reflexión.

El primer mensaje se inicia con una descripción de lo que estuvo ocurriendo en muchas ciudades mexicanas, incluido nuestro querido Monterrey: “La calle esta sola, la gente esta en casa temerosa, los negocios cierran y el desempleo cunde por  todos lado. Algunos empresarios se han puesto a salvo en el país vecino, otros emigraron al sur. Este fin de semana tuvimos 27 muertos en 24 horas, nuevo récord, decenas de pequeños empresarios secuestrados, dueños de ferreterías, abarrotes, lavados de carro, consultorios médicos, restauranteros, notarios públicos, viviendo el infierno de la incertidumbre del mañana.”

Incluye una pregunta esencial en el análisis de nuestra problemática de seguridad: “¿Qué debe pasar para que un hombre normal se transforme en una bestia como estas?; Quienes han visto a estos sicarios los describen como gente joven de 15 a 25 años” Auténticos depredadores de su propia especie diría yo, pero lo esencial lo presenta mi colega con la siguientes preguntas: “¿Dónde estuvo la madre y el padre de estos niños?; ¿Dónde estuvieron sus maestros?; ¿Dónde estuvieron sus hermanos?”

Porque nadie, concluye mi colega, “se acuesta siendo un niño y despierta siendo un asesino desalmado, la transformación es un proceso paulatino”

El segundo mensaje describe esa transformación negativa en el otro extremo de la escala social, económica y educativa. Patricio destaca varios casos de un comportamiento deshonesto en personas educadas en las mejores universidades de los Estados Unidos y quienes eran los responsables de la administración de empresas las cuales recibieron un severo daño económico debido al mal comportamiento de sus altos directivos. El caso Enron, sucedido ya hace buen tiempo, “Da mucho que pensar de la educación moderna universitaria, pues como bien se asentó en el informe del comité senatorial que se avocó a estudiar el caso Enron, se topó con la estremecedora conclusión de que ese tremendo fraude criminal fue causado por los presidentes y altos jefes. Este caso fue el primero de los muchos que se han descubiertos después en EEUU y que han llegado a cimbrar las estructuras de las finanzas mundiales.” Pero curiosamente, destaca Patricio, lo que impresionó negativamente a los legisladores era el hecho de que estos presidentes y altos jefes eran la crema y nata de los mejores y más brillantes graduados de sus universidades, de las cuales ellos mismos eran graduados.”

Patricio me recordó que los conceptos esenciales de la educación vienen de dos conceptos antiguos; Educare y educere. El concepto de educare es el de llenar, nutrir, alimentar; Se trata de transmitir conocimientos al individuo para que pueda desenvolverse por sí solo en la vida cotidiana en la sociedad y en su trabajo. Las personas nacen vacías de conocimientos, por lo que necesitan llenarse de ellos por medio de los educadores. Los educadores puede ser cualquier persona que transmita conocimientos y saberes al individuo, sin tener que ser por ello un profesional. Es decir, los padres, por ejemplo, transmiten conocimientos a su hijos sin necesidad de que ellos tengan una preparación o un nivel de estudios apropiado.

La palabra educere es contraria a la palabra educare y su significado es el de sacar fuera, el de conducir hacia fuera, que curiosamente, menciona mi colega, es lo que los maestros trataban de hacer antes de los nuevos conceptos de educación más enfocados en el educare. 

Así el educar no debe ser solo darle a nuestros alumnos e hijos conocimientos o información, la educación debe de incluir el “conducir hacia fuera” las cualidades positivas inherentes que nos definen como una persona de bien.” Como ve estimado lector nos queda una buena tarea a los padres y a los maestros.