Generaciones van y vienen, algunas más atentas o otras menos pero el legado de Francisco Gabilondo Soler permanece y sobre todo se canta como a él le gustaba.
Este singular personaje a quien no le gustó la escuela pero si leer por sí mismo y buscar en Andersen, Salgari y Verne sus fuentes de inspiración; nació en Orizaba un 6 de octubre de 1907.
Amante de la naturaleza y de la Astronomía, Francisco sale de su tierra y se muda a México para hacerse notar como compositor de canciones infantiles, eje temático impulsor para celebrar en años como este el 2015 una bella semántica plástica de la autoría del arquitecto Carlos Sanabia.
Gabilondo Soler encontró su voz y camino en la XEW en 1934 pues en ese contexto, aunque ya había previamente incursionado en otra radiodifusora, surgió CRI-CRI el Grillito Cantor.
La letra y armonía de sus canciones fueron tan impactantes en ámbitos dentro y fuera de México pues vieron reflejadas en la caricaturización de los Tres Cochinitos por Walt Disney y en una película de su obra mientras Cri- Cri estaba vivo, protagonizada por Ignacio López Tarso y Marga López.
Hoy muchos años después de su muerte acaecida en 1990, Sanabia nos los recuerda por medio de su plástica.
Emotivo tal cual su música y letra, sus imágenes siguen sonando y emocionando nuestros recuerdos y para las nuevas generaciones puede ser un vínculo entre pensar y crear.
Cucurumbé, El Ratón Vaquero, La Muñeca Fea, Che Araña, Caminito de la Escuela, Bombóm I son los hermosos pretextos para volver a sintonizar la armonía de la música de Gabilondo Soler pues su valor compositivo no solo lo tiene por lo gracioso de su letra sino en la cadencia de sus ritmos.
Carlos Sanabia con su dibujo original nos invita a una nueva lectura del prestigiado compositor y con ello nos invita a retomar su trayectoria tan reproducida por cantantes famosos como Plácido Domigo, Mirelle Mathieu , Miguel Bosé, Ana Belén, Emmanuel, y orquestas nacionales e internacionales.
Entre talentos hoy de vuelta se coloca a los personajes de Cri- Cri, trazos bien delineados y expuestos de un joven realizador artístico con ingenio, Carlos Sanabia es en el puerto apéndice del garbo y donaire del talento veracruzano.
