Opinión

La culpa

Por Trixia Valle Herrera


He notado que la mayoría de las decisiones mal tomadas son regidas por la culpa. Pero ¿qué es la culpa? De acuerdo a la Real Academia Española, es: “Imputación a alguien de una determinada acción como consecuencia de su conducta”; “Hecho de ser causante de algo”; “Acción u omisión que provoca un sentimiento de responsabilidad por un daño causado”; “Pecado o transgresión voluntaria de la ley de Dios”.

Para fines de comprenderla en sentido práctico, la culpa es ese sentimiento que nos hace nudo el estómago y nos quita las ganas de tragar -al sentir que nos ahogamos al hacerlo-. Culpa es saber que puedes hacer algo y no hacerlo; o querer hacer algo y no poder. Creo que en el caso de los que somos mamá o papá, comprendemos muy bien ese domingo en que podrías jugar con tus hijos y prefieres ver una película; o el día que te gustaría acompañarlos a estudiar y no puedes porque necesitas trabajar o estás en junta con tu jefe.

La vida moderna está llena de culpas de diversos tipos y situaciones. Podríamos escoger una culpa para cada día de la semana. Así hay una epidemia de “culpígenos” porque es sencillo serlo, no sólo con los hijos, sino con la pareja, los suegros, nuestros padres y hermanos, amigos… Es como si nunca nada fuera suficiente. Como si el barril nunca estuviera lleno; o una parte de nosotros flotara como fantasma y jamás la pudiéramos capturar.

¿Quién no se ha sentido así?

Lo importante del caso es elegirla o no. Es decir, una vez que llega como nube negra la culpa, se puede parar y elegir. Parar, es una de las maneras de poder quedar en paz al elegir no sentirte así y pensar que “es lo mejor que pudiste hacer en ese momento determinado”. Pensando de esta manera como mantra: “no tenía opción, no tenía opción, no tenía opción”, y así hasta las siguientes dos horas hasta que se vaya quitando la culpa.

Pero ¿qué pasa si no quitas la culpa? Por lo general entra un afán desordenado de cumplir cualquier capricho o cualquier cosa, que la otra persona quiera, al precio que sea PARA COMPENSAR mi falta o mi omisión.

Este tema me llama mucho la atención porque hoy he visto que la mayoría de los padres de los bullys son “culpígenos”. Justifican todo porque sienten culpa, y así van tapando el sol con un dedo haciéndose responsables de los errores de sus hijos. Cuando se toma esta actitud, los hijos cada vez se equivocan más porque en vez de corregirlos los justificamos y ellos aprenden a salirse con la suya. Por ello es tan importante repetir el mantra y tirar la culpa.

Otra buena razón para parar al sentir culpa es porque al sentir culpa se entra en la CASA DE LOCOS.

¿Qué es la casa de locos? Es cuando llega mamá o papá tarde. El infante no ha hecho la tarea por haber estado jugando toda la tarde y te dice de pretexto que era mucho y que tú no estabas para explicarle algo. TIC TIC TIC se activa la culpa.  En ese momento corres a resolver todo y acabas haciendo la tarea mientras el estudiante ve la tele con unas palomitas que por supuesto tú le llevaste hasta tu cama para que estuviera cómodo. Te pide permiso de tomar Coca-cola, “bueno”, dices, “sólo hoy”. Luego te piden permiso de un chocolate, de más palomitas, de dormirse tarde para ver un programa, de dormirse en tu cama. Y a todo “sí, sí, sí…” hasta que son las 11 de la noche, recuerdas que tienes junta temprano al día siguiente y comienza a rugir la fiera en tu interior. El menor cada vez está más grosero y quiere más cosas, y de pronto ZAZ… Tremendo golpe que sale de la fiera que se ha despertado en tu interior al ver que todo está fuera de control.

Este es el resultado de la culpa mal administrada. Pero además, como ahora, sumado a lo anterior le pegaste, tendrás que compensarlo con una salida o juguete para que te siga queriendo, porque ninguna mamá y ningún papá quiere que sus hijos no los quieran. Y así se entra el ciclo de la violencia culposa que a nadie le viene bien.

Te invitamos a unirte a #mamápresente en Facebook, twitter, Instagram y decirnos como eres tú una mamá presente o un papá presente. Y por favor, recuerda no sentir culpa, eso sólo arruina más las cosas.