Opinión

El perfil de los maestros que México necesita

Por Ricardo Homs


El mundo ha cambiado radicalmente y la tecnología ha impactado al modelo educativo.

Es un hecho que  la educación tradicional, -que consistía en la transmisión de conocimientos a través de los maestros y los libros-, hoy es obsoleto. La información, -del tipo que fuere-, se encuentra disponible al alcance del teclado de una computadora y a través de los “buscadores” como Google, Yahoo y otros. La información se obtiene en segundos.

Esto nos lleva a preguntar: ¿Cuál debe ser el rol del maestro dentro de la educación?.

Ahí es donde descubrimos que el maestro dejó de ser un proveedor de información y por ello debiese reinventarse para convertirse en un tutor que guía al niño y al adolescente en la búsqueda de la madurez emocional y psicológica.

Los últimos acontecimientos provocados por la CNTE nos llevan a plantearnos la interrogante: ¿Cómo es que un maestro rijoso y violento puede asumir la responsabilidad de tutelar el desarrollo emocional de un niño o un adolescente. ¿Dónde quedó la autoridad moral que debe tener un maestro para poder cumplir con su misión como formador de las nuevas generaciones?.

Un maestro debe ser respetado y para ello debe cuidar su más valioso “don” que es la autoridad moral, para convertirse ante el alumno en un modelo y ejemplo a seguir, creyente de los valores ciudadanos y garante de la legalidad.

¿Cuál es el ejemplo que dan los maestros que hoy salen a las calles a detener el tráfico y congestionar la vialidad y peor cuando algunos ejercen violencia?.

¿Los maestros de la CNTE representan estos valores ciudadanos?

Lo que queda claro es que primero están sus intereses personales, antes que la encomienda que les ha delegado la sociedad al poner en sus manos el activo más valioso del país, las nuevas generaciones.

Este es el momento, -primeramente-, de replantear el modelo educativo, que ya no debe estar sustentado en transmisión del conocimiento, sino en la guía y la labor tutorial.

Para combatir los principales vicios sociales como la corrupción, intolerancia, falta de compromiso con la sociedad y la crisis de valores, es necesario un planteamiento preventivo para el sector educativo, al trabajar con las nuevas generaciones. Para ello es necesario que la mayor parte de la actividad de un maestro se dedique a  la formación de actitudes.

El principal reto debe ser replantear el modelo educativo y después definir cuál es el perfil de los maestros que deben llevarlo a cabo.

Sin embargo, las evidencias muestran que los maestros de la CNTE que toman las calles no están a la altura de las necesidades de México.