Opinión

El que con bullys anda, a bullear se enseña

Por Trixia Valle Herrera


En Fundación en movimiento hemos visitado más de 750 escuelas a lo largo y ancho del país y hemos capacitado a cerca de 400,000 maestros de escuelas. Hay una pregunta que me encanta hacerles: ¿hace 6 años cuántos niños mal portados había en tu salón? La respuesta común, dos o tres. ¿Y ahora? Silencio sepulcral y contestación con cara de susto, “me tocan mínimo siete niños irreverentes, desobendientes, groseros por salón de clases, mínimo”.

Los maestros son el sensor más importante de nuestra sociedad porque están en contacto directo son los frutos que produce nuestro mundo: los niños. Las combinaciones de violencia, malos hábitos, faltas de respeto, berrinches, nadie mejor para observarlas que los educadores escolares. Lo preocupante del aumento es que la causa común que ellos detectan al preguntar, ¿por qué ha aumentado? Porque los papás y las mamás ya no educan a sus hijos porque se sienten mal al hacerlo. ¡Híjole, qué susto, me parece muy preocupante que el primer compromiso que se obtiene al tener un hijo –que es educar aunque llore tu hij@- hoy no se cumpla por sentirte mal!

Así también, estos niños mal portados en los salones, no se corrigen en casa, pues muchas veces los maestros mandan con recaditos y no existe cambio alguno por el nulo apoyo en casa. Lo peor del caso es que estos niños incorregibles comienzan a CONTAGIAR a otros niños.

Pregunto a los maestros, ¿cada niño agresor a cuántos niños contagia, digamos en un año escolar? Risas nerviosas, al menos a tres más, responden en promedio. Así que para el siguiente año el maestro del grado recibirá a siete mal portados + más veintiún seguidores, hasta llegar a la secundaria donde una gran mayoría presentan una actitud irreverente, combinada, por supuesto, con la edad que conlleva rebeldía y, ocasionalmente, faltas de respeto a los maestros que hasta los llegan a  hacer llorar antes de entrar a clases.

¿Este es el mundo que queremos? ¿Queremos niños groseros que se convierten en adolescentes prepotentes y contestones, que se convierten en jóvenes ingobernables que resultan en adultos con muchos problemas?

Yo lo pregunto siendo mi respuesta NO, YO NO QUIERO ESE MUNDO. Pero esta es sólo mi opinión: Yo quiero niños tiernos, hambrientos de aprender y de ser enseñados, capaces de obedecer, que se conviertan en adolescentes que se cuestionen el mundo, que hagan sus propias ideas, pero sin destruirse en el camino, para convertirse en jóvenes que quieran un mundo mejor y sean adultos plenos y felices.

Es mi deseo-

Así que te proponemos ser HOY una MamáPresente, una mamá que elige decirle NO a la culpa y SÍ a la educación, a las consecuencias, a los límites y al apoyo a los maestros que tanto lo necesitan.

¿Cómo puedes ser una MamáPresente? ¡Regálate a tus hijos cuando estés con ellos, ponles atención, apaga el teléfono y enciende tu corazón!

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