Opinión

Lara... El amante eterno

Por Ivonne Moreno


Las lecturas del legado musical de Agustín Lara son diversas. Los melómanos se abrazan a las armonías y arreglos musicales, ubicando al Flaco de Oro como un compositor de dotes excepcionales. Los poetas discuten su prologado y tardío romanticismo con matices de miel y cursilería galante a favor de una época donde la audición era el foco social de los años cuarenta en México por la aparición del radio. Las mujeres continúan gozando de sus polémicas y pegajosas letras. Los hombres admirando las osadías de un hombre cuyos periplos lo acercaron a la vida sibarita y de personaje dandy.

Pero todos, aún nuevas generaciones convergen en comentar y cantar su versatilidad musical pues quienes no gustan de Mujer, mujer divina, con los últimos besos de amor, humo en los ojos, en la última carcajada de la Cumbancha, entonces se ponen nostálgicos en determinadas geografías y son veracruzanos, españoles, tangueros, o toreros.

Así ha trascendido Agustín Lara por el mundo. Orquestas, cantantes de diversas nacionalidades y tonalidades, pianos, marimbas, tríos, coros, todo elemento relacionado con manifestaciones sonoras e iconográficas envuelven al compositor en esa atmósfera de misticismo y encanto de los personajes taciturnos, como señalaría Octavio Paz en la Dialéctica de la Soledad confinados por el estigma de la más profundo abandono espiritual en comunión entre lo Infinito y ellos mismos.

Lara en la música, Lara en el cine, Lara y España, Lara y Veracruz en contubernio y nacimiento, Lara el amante eterno es un valor añadido a la cultura nacional pues hoy todavía sus acordes envuelven a los creadores de otras épocas, artistas de variadas circunstancias en técnica e imaginación de: Carlos Cano, Lourdes Azpiri, Ingeborg Lara, Lili Flores, Georgina Malpica, Valeria Beirana, Eloísa Remes, Carlos Sanabia, Noemí Calva, Rosario Gómez Barquín, Helens Sánchez, Hilda Verde… Lara en aras de la inmortalidad es el caballero de plata de las lunas de los mares de la Tierra.