Opinión

Máscaras, juego y Carnaval

Por Ivonne Moreno


Carnaval fiesta de la carne… Hay registros de estas fiestas desde la Antigüedad, India, Grecia, Roma y durante el siglo XV el despliegue de lujo sobre góndolas, máscaras y misterio en Venecia.

Sin soslayar el de Brasil y otras partes del mundo, el arte gira sus intereses al Carnaval como ese halo de desapego entre la banalidad y atreverse a ser. El antifaz y los disfraces son una nota más a los aconteceres de tras de la música, el vino y el baile y las personalidad vuelve como su origen etimológico a asociarse a las a lo oculto, a las máscaras.

Ello se convierte tal cual en la premisa visual de Néstor Andrade a quien no le conocemos fuera de este atributo. El mismo pintor ya es un referente con máscara. Para sentencia o camino, Néstor utiliza el acrílico, la técnica mixta, papel, gran o formato mediano pero con la recurrencia de animales o personas enmascaradas. A veces podemos dilucidad lo planteado otras no.

Carnavales, exposiciones van y vienen, lo mismo generaciones formadas por Andrade en sus Talleres o ahora en su Centro Cultural Múcar y el maestro insiste con el sello distintito de su carrera plástica, seres desinhibidos por el aliento de tener el rostro cubierto confabulando contra sí mismo y su alrededor.

Trampas, vericuetos, muecas, lívido, amor son aparentes rasgos detrás de ojos entusiasmados ante la idea de fiesta o tal vez sean tristezas pensando al mundo como Garrit en leve y eterna carcajada… Mientras lo averiguamos…celebremos el Carnaval con brisa de mar plagada en nostálgico puerto.