El PAN presenta ante el Congreso una iniciativa de reforma energética con cambios que ya funcionan en el 99% de los países petroleros. México es el país con la legislación petrolera más obsoleta y anticompetitiva del mundo. La mayoría de las modificaciones que propone el PAN ya operan en Argentina, Brasil, China, Colombia, Cuba, Perú, Rusia, Venezuela y Vietnam, varios de ellos con gobiernos de izquierda.
La iniciativa panista busca, sin tocar la propiedad estatal de PEMEX ni del subsuelo que, como originalmente propuso Lázaro Cárdenas cuando estatizó el petróleo, se permitan concesiones a empresas privadas para extraer, transportar, refinar y vender petróleo, gas y sus derivados.
En México tenemos que importar el 36% del gas y hay escasez en muchas industrias, lo que les impide crecer más. También importamos alrededor del 40% de las gasolinas, aunque tenemos capacidad no solo para ser autosuficientes sino para exportar gas y gasolinas.
Es imposible que Pemex solo, como monopolio, enfrente la demanda interna de esos energéticos. Los altos costos de los derivados del petróleo en México se traducen en energía eléctrica más cara para empresas y ciudadanos, que a su vez encarecen “lo hecho en México” y nos restan competitividad. Actualmente Pemex funciona con el doble de personal que otras empresas petroleras. Pemex produce en promedio por empleado 24.5 barriles diarios, Ecopetrol de Colombia, 74. En México Pemex pierde más de dos dólares por cada barril de gasolina que produce en sus refinerías; en Colombia Ecopetrol gana más de nueve.
La reforma energética que propone el PAN implica más inversión, sin necesidad de utilizar recursos públicos, más empleos y un mayor crecimiento económico; sin embargo, actualmente es inconstitucional, para su aprobación es necesario modificar párrafos obsoletos de los artículos 25, 27 y 28 constitucionales, que impiden modernizar y dar una mayor eficiencia a Pemex.
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Profesor de Economía Política
