Opinión

El Periscope de Arne

Por Ricardo Homs


Uno de los castigos que debe tener un infractor de la ley, -además de la penalización que define nuestro marco jurídico-, debe ser la exhibición pública de la falta cometida, siempre y cuando no haya duda de su culpabilidad.

Sólo cuando esta regla se aplique, el ciudadano valorará que para tener derecho a una reputación intachable y  ser considerado honorable, no hay más camino que ser respetuoso de la ley  y practicar una conducta apegada a los valores sociales.

La sociedad tiene reglas y valores y a quien no le gusten que se vaya a otro lugar, del mismo modo que quien no respeta los valores y reglas de su trabajo o su club, más vale que busque otra opción donde se sienta cómodo.

El origen de la impunidad y la corrupción es que quien transgrede la ley y la penalización se maneja en el ámbito de la privacidad, entonces con toda seguridad se estimula que se dé un arreglo “en lo oscurito”.

Sin embargo, hoy que vivimos en la era de la “transparencia” y públicamente profesamos el rechazo a la corrupción, entonces debemos ser congruentes y necesitamos poner en juego todos los recursos para combatir impunidad y corrupción.

Arne aus den Ruthen, City Manager de la Delegación Miguel Hidalgo ha puesto el dedo en la llaga al utilizar el Periscope para realizar operativos viales.

Sin embargo, ha sido cuestionado por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, quien dio entrada a tres quejas de los infractores porque argumentan que se violan sus derechos a la “protección de la imagen y la honra”.

La CDHDF muestra ante esto poco criterio al dar entrada a estas quejas contrarias al sentido común. Quien comete una infracción a la ley y es descubierto “infraganti”, por supuesto que debe ser exhibido.

Si una institución con respetabilidad y calidad moral como lo es la CDHDF se abre a ser manipulada por gente cínica, estará faltando a su encomienda social más importante: siempre debe estar del lado de quienes cumplen con la ley. 

En contraste, la actitud madura del Jefe de la Oficina de la Presidencia de la República, Francisco Guzmán, quien ofreció disculpas a los vecinos de Polanco porque una camioneta oficial invadió una rampa para discapacitados, -hecho consignado por el Periscope de Arne-, debiese dar un mensaje de alto a la impunidad para todos los escoltas de los funcionarios públicos, que se sienten por encima de reglamentos y leyes por estar protegidos por sus jefes. 

Por tanto, exhibir a quienes actúan en contra de la sociedad simplemente consignando el hecho  no falta a la verdad, a la objetividad y la ética, porque el hecho consignado en tiempo real y sin editar, será juzgado por los espectadores, quienes emitirán su propio juicio.

Esta práctica del Periscope puede tener un alto impacto disuasivo si tomamos en cuenta que los humanos actuamos por imitación. La impunidad estimula más impunidad. En caso contrario, cuando un grupo humano empieza a respetar la ley y a cuestionar a quienes no lo hacen, se estará generando un fenómeno de imitación a favor de la legalidad.

A final de cuentas nuestra conciencia a todos nos indica lo que es moralmente correcto o incorrecto y no es posible engañarnos a nosotros mismos. Las justificaciones para evadir la responsabilidad ciudadana de respetar la ley surgen de la oportunidad de que este acto vil quede en la impunidad.

El día en que la aplicación de la ley se haga como en “caja de cristal”, dejará de haber impunidad, corrupción, abusos e injusticias, como las que hoy se cometen al amparo de la opacidad, en juzgados, oficinas, patrullas, separos policiacos, por citar algunos casos.

Bienvenido el Periscope como apoyo en contra de la impunidad y la corrupción.