Opinión

Chin y mañana es lunes

Por Ramón de la Peña


En uno de mis viajes a la ciudad de México, el taxista que me transportaba del aeropuerto al hotel, le saque platica y desde el principio se empezó a quejar de todo: Del trafico, de lo poco que ganaba, del dueño del taxi, de la policía, de los agentes de transito, de los partidos políticos, del presidente, del regente de la ciudad, del clima y hubiese continuado con sus quejas si no lo hubiese yo interrumpido preguntándole: ¿Y a usted que le gusta?, “A mí me gustan los domingos” y ante mi pregunta de ¿Por qué?, Me contestó: “Porque me salgo de la ciudad, me voy a mi pueblo y ahí me la paso requetebién con mis hijos, mis amigos, mis papas y mis vecinos”. En eso llegamos al hotel, y antes de pagarle le pregunté ¿usted que piensa el regresar el domingo en la noche a la ciudad de México?, el me dijo: Chin y mañana es lunes.  Yo al recibir su respuesta me dije: Este señor no es feliz de lunes a sábado, solo se integra armoniosamente cada domingo con el medio ambiente en el que le gusta vivir.

Los expertos nos dicen que la felicidad implica poder tener “un estilo de vida que nos integre armónicamente con el mundo y con las personas que nos toco en suerte vivir y también de la forma en que sepamos combinar nuestros estados emocionales con las circunstancias y problemas de la vida diaria.”

¿Y qué podemos o debemos hacer? Por ejemplo para la relación con nuestros hijos podemos aplicar lo que nos dice Franco de Vita en su canción-poesía “No basta”, la cual me gusta por su lírica, su mensaje, su música y porque es un excelente mensaje para los papás: “No basta, traerlos al mundo porque es obligatorio, porque son la base del matrimonio o porque te equivocaste en la cuenta” se nos olvida que tener un hijo es, desde luego, una gran alegría, pero también es  una gran responsabilidad. No basta, continua Franco “con comprarle curiosos objetos cuando lo que necesita es afecto, aprender a dar valor a las cosas  porque tu no le serás eterno” y termina diciendo: “No basta, castigarlo por haber llegado tarde, si no has caído ya, tu chico es un hombre ahora más alto y más fuerte que tu”.

Este mensaje me recordó un mensaje de Douglas MacArthur, titulado: “Oración por un hijo”, ¿Recuerda haberlo leído?, Si es aquel que empieza diciendo: “Dadme, ¡oh, Señor! Un hijo que sea lo bastante fuerte para saber cuándo es débil”, el cual yo lo parafrasearía  para que sea la Oración por un padre:

“Dadme. ¡Oh Señor! Un padre que sea lo bastante fuerte para saber cuándo es débil y lo bastante valeroso para enfrentarse consigo mismo cuando sienta miedo, un padre que sea orgulloso e inflexible en la derrota honrada, y humilde y magnánimo en la victoria.

Dadme un padre que nunca doble la espalda cuando deba erguir el pecho, un padre que sepa conocerte a Ti y conocerse a si mismo, que es la piedra fundamental de todo conocimiento. Condúcelo, te lo ruego, no por el camino cómodo y fácil, sino por el camino áspero, aguijoneado por las dificultades y los setos. Allí, déjale aprender a sostenerse firme en la tempestad y a sentir compasión por los que fallan. Dadme un padre cuyo corazón sea claro, cuyos ideales sean altos, un padre que se domine a sí mismo antes que pretenda dominar a los demás, un padre que sepa reír, pero que también sepa llorar, un padre que avance hacia el futuro pero que nunca olvide el pasado. Y después que le hayas dado todo esto, agrégale, te lo suplico, suficiente sentido de buen humor, de modo que pueda ser siempre serio, pero que no se tome a sí mismo demasiado en serio. Dale humildad para que pueda recordar siempre la sencillez de la verdadera grandeza, y la imparcialidad de la verdadera sabiduría, la mansedumbre de la verdadera fuerza. Entonces yo, su hijo, me atreveré a murmurar: Mi padre no ha vivido en vano.”

Pero este “No basta” de Franco de Vita también aplica a muchas actividades de nuestra vida personal, familiar, profesional y comunitaria. Efectivamente no basta tener una buena casa, varios carros nuevos, una excelente esposa, hijos estudiosos y ganar suficiente dinero y sin embargo no ser feliz. En cambio me ha tocado observar personas en comunidades pequeñas y de escasos recursos económicos, que son muy felices en su vida personal.

Recuerden lo que Charles Chaplin nos recomendaba: "La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida, antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos"

Yo espero que todos evitemos decir: Chin y mañana es lunes.