Opinión

COLECTIVO 7: Exposición en Hospital Español de Veracruz

Por Ivonne Moreno


La acción de pintar es inherente al hombre. Y tal acción a pesar de haber pasado por siglos y catalogaciones hasta convertirse en arte, pintar es recreación, sortilegio, catarsis y propuesta.

 

Los motivos varían según las circunstancias y contextos. Para Andy Warhol la pintura es un hecho y se encuentra cargada de su propia presencia, si damos una lectura textual cada manifestación visual relacionada con colores, será luego entonces por sí misma, un suceso.

 

Colectivo 7 bajo esta referencia, es luego entonces, un suceso. La reunión de siete mujeres con el objetivo solidario de encontrarse y re-encontrase como seres humanos, madreas, hijas, hermanas, las hace una constantes investigadoras de la manifestación estética como voz y estandarte.

 

Formadas en octubre del 2013, Ingeborg Lara, Conchita Villeya, Mercedes Name, Jimena Grueso, Lydia Maitert, Irene García y Yamila Beirut tienen como premisa central “pintar es revelarse” bajo la batura didáctica de Israel Barrón retomando al arte como adalid de paz.

 

De tal modo sus temáticas se basan en destellos de rutilantes matices tal como afirmara otro grande, Rembrandt al decir: el pintor persigue la línea, el color, pero su fin es la poesía.

 

Así los frutos, los animales, pero sobre todo los rostros de Conchita Villeya y los desnudos sugerentes y las plantas de Lydia Maitret nos atribulan en una vorágine visual, responsabilizando únicamente a  sus espectadores, a escribir versos.

 

Mercedes Name también abocada a la orfebrería, logra en cuerpos y miradas, placeres permisibles a la caricia del agua o lírica empalmada   jade, mientras Ingeborg Lara en postura arriesgada busca expresar en cuerpos femeninos, íntimos deseos, de sigilosa gráfica personal.

 

Colectivo 7 tiene ese sesgo en su plástica, sus horizontes son etnias, olas de anchas playas donde niños y féminas funden sus iris, cálidas miradas con el ancho del océano, como en la obra de Irene García.

 

Jimena Grueso tiene una postura visual más ecléctica, barcos, objetos y la maternidad, roban un poco a cada tiempo de la vida, sobreponiendo al presente como alto valor del hoy, el ahora.

 

Yamila Beirut nos complace en la fiesta, en la danza, como si con el carnaval y  el Ballet, transformando  a  los segundos  en la certeza del gozo de un buen momento.

 

Colectivo 7 equilibra su aprendizaje técnico son sus intereses. El grupo no es solo sensibilidad a peticiones, como los ex votos, a lecturas borgianas o círculos dedicados al Rey Momo, sino por un valor adherido al fondo y a las formas, tal como lo advierte Jackson Pollock la pintura tiene vida propia y se debe tratar por  su afloramiento.

 

Y si en cada obra aflora la personalidad de estas realizadoras, la plástica se convierte en un lazo de cordialidad entre lo difícil de la existencia y el lado  gratificante de lo cotidiano.

 

Colectivo 7 y los nombres de Ingeborg, Conchita, Lydia, Yamila, Mercedes, Jimena e Irene forman en número cabalístico la suerte de comenzar con buena disposición los siete días de la semana y setenta veces siete las formas de empezar y volver a empezar, de amar y de ser color y luz en cualquier tarea, andanza o sueño.