Opinión

¿Qué entendemos por paz?

Por Roberto Matosas


Entendemos por Paz un determinado estado de convivencia que se caracteriza por:

a) Que los seres humanos compartan determinada posibilidad; atributos como la compasión, la solidaridad o la benevolencia hacia los demás que suelen considerarse rasgos propios de las personas muy humanas; también su responsabilidad, su carácter y todo ese mundo emocional que día a día es más imperioso desarrollar.

b) que los seres humanos encuentren en esa posibilidad la satisfacción de sus necesidades básicas; nacemos humanos pero eso no basta: tenemos también que llegar a serlo. Una vez cubierto lo básico- alimento, techo, afecto- las grandes posiblidades están en aprender a valorar lo que se tiene, a competir con uno mismo y a comprometerse en proyectos éticamente grandes, que es la única manera inteligente de vivir.

c) que los seres humanos encuentren en esa posibilidad el desarrollo de sus potencialidades; esos recursos siempre latentes desde que el hombre tiene la capacidad de elegir, es decir, de ser responsable- como lo expresó Pindaro- para llegar a ser lo que eres. Hoy más que nunca hay tres grandes aspectos para esa posibilidad de desarrollo siempre latente.

1) Su talento, que es inteligencia triunfante. Incluye la idea de excelencia, de logro, de eficacia. Lo que nos interesa es el GRAN TALENTO, que nos permite utilizar bien nuestras destrezas y capacidades para dirigir bien nuestra acción hacia una vida bien lograda. Saber aprovechar los recursos sociales y culturales que hay a nuestro alcance e intentar que ese entorno sea lo más rico, justo y estimulante posible para que expanda nuestras posibilidades de acción. Yo soy yo y mis circunstancias, y si no mejoro mi circunstancia, no mejoro yo.

2. Su inteligencia, cuya función principal es dirigir bien el comportamiento, aprovechando para ello su capacidad de asimilar, elaborar y producir información. Y sobre todo, esa “inteligencia para la vida” que incluye como elemento importante, la sabiduría para elegir metas.

3. Vivir juntos. Esto no es algo que les salga de dentro a los hombres; la reacción espontánea suele ser la de rechazar al otro. Para superar ese rechazo es precisa una labor prolongada de educación cívica. Será un siglo de progresos científicos y tecnológicos, no cabe duda. Pero será también un siglo de retroceso ético. Se recrudecen las afirmaciones identitarias, violentas en muchísimas ocasiones y retrógradas; se debilita la solidaridad entre naciones y dentro de las naciones; se erosionan los valores democráticos; se recurre con excesiva frecuencia a las operaciones militares y a los estados de excepción... Ante este retroceso no tenemos derecho a resignarnos ni a cederle el paso a la desesperación. Hoy en día lo que nos honra a todos es el intento de entender las complejidades de nuestra época y de imaginar soluciones para que sea posible seguir viviendo en nuestro mundo. Un mundo que quiere, anhela y debe trabajar por la paz.

d) que los seres humanos encuentren en esa posibilidad su realización como personas.

Si nos detenemos en cada frase, podemos advertir que la construcción de la Paz implica trabajar con y por los otros.

Roberto Matosas: Pasar de entrenar memorias a educar mentes.