Opinión

Monólogos de la Ignominia

Por Ivonne Moreno


Hace unas semanas se presentó en el Auditorio del Museo de la Ciudad la obra titulada “Monólogos de la Ignominia” dirigida por Carlos Arturo Corona.

La trama gira alrededor de las mujeres. Mujeres violentadas física y psicológicamente en distintos contextos y espacios.

La obra no es solo reflexión sino catarsis, como teatro griego, donde el escenario era utilizado para sacudir anímicamente al espectador y poner los dedos en múltiples llagas conductuales.

Así con solo de escuchar la palabra ignominia, nuestro interior se aturde, se confunde. A flor de sentido, nuestra mente engarza los peligros inminentes de la maldad de otros, hacia nuestra integridad física, mental, emocional y ello nos intimida, nos cohíbe.

Tal vez producto de tal acción nos obliga a callar. A guardar en sigilo, la abyección de un sujeto para con nuestro cuerpo o sentimiento y esto va formando una cadena de silencios, de rupturas, y es este caso, donde el monólogo se debe romper para no cubrir la naturaleza oscura de nuestro agresor.

Los embates de la maldad, nacen con el hombre. Es difícil precisar sus alcances. La ciencia y el arte los han cubierto de velos artificiosos para relatar con ellos historias sorprendentes.

Desde Caín y Abel, Hamlet o de manera más recientes filmes como ChinaTown, Amores Perros nos ponen en la encrucijada del delgado hilo entre el bien y el mal, sentencia ya advertida por Nietzche como probables ausencias de Dios.

Hoy en teatro Carlos Arturo Corona pone el dedo en la ignominia, como percance de liviandad entre la inconsciencia y lo premeditado, dejando a cada quien el libre albedrío de juzgar o hacer algo en contra de las miserias de un mundo continuamente llamado civilizado.

Les invitamos a ser parte de la creatividad y del talento veracruzano, acudan al IVEC donde se presentarán Isis Adalí Ortiz, Karime Totosaus, Andrea Jonguitud y Ana Karen Hermida bajo la dirección de Carlos Arturo y la asistencia de Oscar Ponce.