Opinión

Héctor Juárez, Fotografía: Reflexión profesional y de bagaje

Por Ivonne Moreno


Cualquiera pensaría en la profesión de fotógrafo como una actividad fácil y sin complicaciones.
No es así. Como muchas otras, requiere de paciencia y observación, sobre todo si se trabaja para alguna institución. Y si esta institución es cultural, pues aún hay mayor riesgo.
A nuestra mente también vendrá el registro. En la mayoría de las ocasiones como jefes o superiores, le vamos a pedir o a exigir una buena toma de tal o cual evento, para cubrir las cuestiones reglamentarias o burocráticas, y si es de nuestra entera satisfacción, el fotógrafo, pensamos ha cumplido con su tarea.
No es tan simple. La serie de tomas, realizada por un fotógrafo abocado a la divulgación cultural, requiere de otras cualidades y varias se relacionan con la agudeza del profesional, respecto a la tipología de personalidades a retratar o de la magnitud del evento. No obstante en ese camino, las sorpresas por parte de la cámara y su ejecutor pueden ser extraordinarias.
 A guisa de esmero y espera, la labor de Héctor Juárez en el IVEC, se ha dado en diversas etapas. ÉL es licenciado en Comunicación por la Universidad Veracruzana y tiene un sinnúmero de cursos versados en el campo fotográfico, además de un Diplomado en Periodismo Cultural. De forma planeada y a veces emergente, sus funciones se van develando de forma un tanto cuanto imprecisa., y allí radica su mérito. Pues como espectadores creemos a ver visto mucho y la sorpresa, es grata cuando descubrimos junto con el hombre detrás de la lente, el ápice de la realidad imperceptible, fuera de nuestro alcance.
De nueva cuenta tendremos una retrospectiva, El Viejo Veracruz, es para Héctor, una experiencia de captura de imágenes, única. El mismo menciona: “El fotógrafo no debe compararse con nadie” y luego entonces, la ciudad tendrá otro tratamiento, otras luces, otros rostros y con ello la dicha o desdicha de quienes van logrando de la vida, distintos resplandores o fracasos.
Héctor Juárez conmina con sus exposiciones fotográficas a seguir el sendero de la imagen, y sobre todo a tener una visión de otro estado: Ferias de Libros, Festivales como el Afro-Caribeño; trastocado por la astucia de un voyerista de la luz, al fin y al cabo cada degustador hará su propia narrativa o lírica de los sucesos o fenómenos vívidos, plenos de esas ráfagas a veces solo ubicada por los fotógrafos.