Opinión

¿Qué tipo de personas queremos ser?

Por Ramón de la Peña


"Estimados lectores, México es nuestro país, es nuestra tierra, es el país en el que nos tocó nacer y vivir y nuestra obligación es quererlo ante todo, cuidarlo y mejorarlo día a día. Esto no quiere decir que debamos esconder nuestros defectos; sin duda, son nuestros y nosotros debemos de hacer todo lo posible por eliminarlos"

Hace tiempo escribí la anterior reflexión que hoy quiero compartir de nuevo con ustedes porque es nuestra obligación hacer lo necesario para que nuestros hijos y nietos tengan un mejor país.  

En mi devenir como empleado por los últimos 50 años, me he dado cuenta de que destacar sólo lo malo de las organizaciones, de los gobiernos  y de las personas funciona bien únicamente cuando va acompañado de soluciones, de compromisos y sobre todo de un continuo pasar del dicho al hecho para eliminar los problemas y para lograr nuestras metas y sueños. Sin olvidar lo que dice la sabiduría popular: "Las manos que ayudan son más nobles que los labios que rezan y las críticas infundadas o las que sólo llevan el fin de molestar a personas son las malas hierbas que crecen alrededor de los sueños y las metas"

Así que estimado lector, no dejemos que las críticas infundadas lastimen nuestros sueños y metas ni tampoco nuestro deseo de hacer cosas importantes por nuestra familia y nuestra comunidad. Necesitamos personas que quieran hacer cosas importantes y que sean capaces de construir, que para destruir ya existen muchas personas. Para esto podemos seguir varios caminos: El camino del equilibrio, que implica dedicarle tiempo a todo aquello que sea importante para nosotros. Mi mejor deseo es que ustedes deseen dedicarle tiempo a mejorar su entorno y su comunidad.

Podemos seguir el camino de la generosidad con los que menos tienen, pueden  y saben. recordemos las palabras bíblicas que designan como "Dichoso al que se preocupa del pobre", pues quien así lo hiciese, "El Eterno lo librará del día malo, le preservará su vida y lo sostendrá en el lecho del dolor". Efectivamente, trabajar en beneficio de los demás es muy redituable en esta vida y en la otra.

Podemos seguir el camino de la perfección y de la mejora continua personal, para que así seamos capaces, responsables, trabajadores y más sanos tanto físicamente como emocionalmente. Podemos seguir el camino de la participación en organizaciones y programas que estén comprometidas con el desarrollo de la comunidad. Afortunadamente, en Monterrey y en México existe un sinnúmero de organizaciones que están comprometidas con la mejora de nuestra comunidad.

Recuerde que nunca es tarde para dedicarle tiempo a todo aquello que sea importante para usted, para ser generoso, para ser mejor y para participar. Recuerde que en esta vida hay tres tipos de personas: Usted puede ser un vaso, que retiene y que no da nada; o ser un canal, que da y no retiene; pero sobre todo a ser la fuente, que crea, retiene y da.

 

Efectivamente hay seres humanos, cuya única ocupación es almacenar virtudes, ciencia y sabiduría, objetos y dinero. Estas personas son aquellas que creen saber todo lo que hay que saber; tener todo lo que hay que tener; y consideran su tarea terminada cuando han concluido el almacenamiento de virtudes, saberes, objetos o de dinero. Estas personas no pueden compartir su alegría, ni poner al servicio de los demás sus talentos, ni siquiera repartir sabiduría. Son plenamente egoístas.

Pero por otro lado, existen personas tipo canal que se pasan la vida diciendo y haciendo cosas. Su lema es: producir, producir y volver a producir. Sólo están felices si realizan muchas, muchísimas actividades y todas, claro, con gran prisa, sin perder un solo minuto. Ellas creen firmemente que el tiempo es dinero, y que no se debe desperdiciar en nada que no sea trabajar, trabajar y volver a trabajar. La vida es demasiado breve para seguir este camino.

Pero también podemos ser parte de esos seres humanos que son verdaderos manantiales de vida, que son capaces de dar sin medida ni razón, que son capaces de regar sin decrecer, de ofrecer su agua sin quedarse secos. Son aquellas personas que son capaces de cambiar su entorno a través de su trabajo, de su cariño por los demás, a través de tener y crear confianza y optimismo.

 Estimados lectores yo les preguntaría: ¿Qué tipo de persona quisiera ser ustedes? . Yo espero que quieran ser una fuente continua de entusiasmo, capaces de cambiar positivamente su entorno y el de los demás.