Sin duda alguna, los momentos que se están por vivir, y presenciar, en la Entidad serán nuevos en lo que respecta a los sistemas jurídicos y democráticos de Veracruz.
Muchas sorpresas habrá que observar, en cuanto al comportamiento de las instituciones en lo próximo; Goliats que caerán; Gladiadores del pasado, remoto, que serán paseados por las plazas públicas como dóciles terneras, suplicando compasión, perdón y misericordia.
Sin embargo, eso no servirá de nada a la Entidad si no va aparejado de una modificación al entramado institucional; al marco de acción de las instituciones desde su acceso hasta la expulsión (salida decorosa) de todos los que cohabitan en ellas; de todos los “ejecutivos” “públicos”.
Ante ello, quien el próximo primero de diciembre tome protesta como nuevo gobernante de Veracruz, deberá aparejar el contexto legal de nuestras instituciones a lo que versa, y opera, en el ámbito internacional: un nuevo sistema de dirección pública.
Sistema que avale, sobremanera, que para inmiscuirse en la administración de las cuestiones públicas, no sólo basta ser amigo, compadre, vecino, allegado o caerle bien al `principal tomador de la decisión pública, el gobernador.
Sino un sistema en donde la probidad, antes que todo, este comprobada, probada y garantizada, para que el ejercicio de los presupuestos públicos se vean realizados de ética manera y de transparente visión; al escrutinio de todos y de todo.
Sistema en donde las aptitudes y las actitudes de quienes lo integren pesen más que la simple consagración partidista o cotidianidad mundana del trato de cuates. Sistema en donde los convenios de desempeño hablen por quien labora en la cuestión pública, ya que su remuneración procede también del ámbito de lo público: nuestros impuestos.
Sistema que fortifique día con día el honor de pertenecer a una administración gubernamental que generé una elite de administradores públicos eficaces, eficientes y de calidad; y no una bola de hampones que cuando se termina su luna de miel, lease periodo gubernamental, tienes que proceder a ampararse por las fechorías realizadas a costa de las arcas públicas de la Entidad.
Un sistema que, por donde se vea, no creemos lo entienda quien hoy se dice “electo” por todos.
REPENSAR EL PENSAR…
Una nueva etapa está por llagar a la principal fiesta de los jarochos, El Carnaval. Profesionalismo, seriedad, jocosidad, chispa, rigor, transparencia, pasión por lo que se hará y ante todo probidad serán los elementos que signarán el paso de más que un Pollo, todo un Gallo en temas de producir alegría y felicidad. Felicidades y enhorabuena por Veracruz y por su festividad.
