Opinión

Semblanza de un médico en pro de la cultura: Juan Capallera Mateos

Por Ivonne Moreno


La vida profesional nos conduce por varios caminos. Algunos nos colman de satisfacciones económicas y otras espirituales, en excepciones, la carrera elegida para servir a los demás nos colman de ambos aspectos, sin soslayar a la familia y a los amigos, pilares de cualquier ser humano.
La década de los cuarenta, signó a México de una infraestructura de modernidad, contemplada desde la Revolución de 1910. Estos años ya proyectaban al país en el cine internacional y se señalaban con orgullo los frutos de sus artistas plásticos, escritores y músicos en distintos continentes: el muralismo, la Escuela Mexicana de Pintura,
La época de oro del cine, el esplendor de la canción ranchera y boleros.
1944 fue el arranque profesional para Juan Capallera Mateos quien egresaba de Médico, especializado en Gineco- Obstetricia, para conectarse de inmediato a un Veracruz progresista.
En 1952 se convierte en el Secretario Fundador de la Escuela de Medicina de la prestigiada cada de estudios de la U.V.
Los convulsionados años sesenta, no solo en nuestro país, sino en el mundo, recordemos la Primavera de Praga, los movimientos estudiantiles en la República y en París, los Beatles y la minifalda, dieron la oportunidad a doctor Capallera de ser director del Ilustre Instituto Veracruzano de 1961 a 1966, así como fundador del primer cine club en el Auditorio Vicente Camporredondo, con proyectores de 35 mm.
La ciencia y su amor por la Medicina lo llevarían en 1973- 1977 a ser Director de Medicina en la U.V, y a trabajar en el Hospital Regional y de manera altruista en el nosocomio Aquiles Serdán, actual IVEC. Sin dejar a un lado su interés por los aspectos culturales pues tales inquietudes lo relacionaron con las actividades del Ateneo Veracruzano y con la lectura.
El Doctor Capellera fue un incansable promotor de ello, de la buena lectura, canalizada hacia la juventud por lo cual se abocó a fomentarlo en la desaparecida Librería Universitaria ubicada en El Parque Zamora.
Es el año de 1982 cuando se le invita a hacerse cargo de la dirección del Museo de la Ciudad, es donde vuelve a tener oportunidad para   auspiciar actividades empalmadas con la pintura, la música y las tradiciones mexicanas: altares y ofrenda a los muertos y de nueva cuenta para impulsar a los círculos de lectura.
Hoy gustosos como parte de una ciudadanía testigo de los logros de nuestro municipio, hacemos fehaciente nuestro reconocimiento a quien parte de su crecimiento en materia científica y artísticas, gracias doctor Capallera por su entrega y mérito a la construcción del espacio de mar y cielo, poesía y son, del terruño estrella del Golfo de México.