Opinión

¿Viable subir el impuesto a los refrescos?

Por Ramón Ortega Díaz


En los refrescos se cobra actualmente el Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IESPS) a una cuota aplicable de $1.00 por litro desde la reforma fiscal del 2014; además de este impuesto, se causa el Impuesto al Valor Agregado (IVA) a un 16%. Esto ha afectado a las familias debido a que lo que más se consume es en alimentos y bebidas, pero con una reducción del 6% en el consumo.

Se cuenta actualmente con una iniciativa en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión de incrementar en dos pesos el impuesto a las bebidas azucaradas y refrescos http://sil.gobernacion.gob.mx/Archivos/Documentos/2016/07/asun_3393838_20160713_1468424354.pdf En la iniciativa se menciona lo siguiente: “Por lo anterior, a juicio del quienes suscribimos este proyecto, el impuesto es una política pública loable que reconoce el problema de salud pública que vive México, causado por los grandes niveles de sobrepeso y obesidad. Pero en consideración de los elevados niveles de consumo de bebidas azucaradas en el país y la gravedad de la epidemia de obesidad y diabetes que confronta el país, se considera que la cuota actual no es suficiente y debe acatarse a las recomendaciones de expertos. Cabe señalar que identificar a las bebidas azucaradas como productos a los cuales es necesario aplicar una medida fiscal para desincentivar su consumo, recae, por una parte, en el hecho de que estas bebidas son fuente del 70% de los azúcares añadidos que consumen los mexicanos, incidiendo de manera directa en el aumento de peso y enfermedades crónicas. En este sentido, a continuación se formulan una serie de propuestas que harían más efectivo el cumplimiento tanto fiscal como extrafiscal que persigue la medida, y los resultados que ha dado la implementación del gravamen desde su entrada en vigor.”

En la propuesta continua con lo siguiente: “El aumento en el impuesto continuará generando mayores beneficios en la disminución de bebidas azucaradas asociadas con un mayor peso y otras enfermedades. De ahí que para cumplir con tal objetivo debe configurarse una política impositiva progresiva y que no simplemente implique una introducción de la medida, por lo que se considera que la aplicación de $1.00 por litro a las bebidas saborizadas no es suficiente para tal fin. Una reducción del 6% en el consumo de bebidas asociado con la implementación del impuesto de $1 peso por litro es importante, pero modesto, dados los elevados niveles de consumo de estas bebidas en la población y la evidencia del daño que causan en la salud. Por ello y con el fin de que la medida impositiva propuesta contribuya a una mayor disminución del consumo de bebidas saborizadas y, como consecuencia, que se configure como una forma de combatir el problema de sobrepeso y obesidad que padece la sociedad mexicana, se propone que la cuota se aumente a un 20% y se establezca en $2.00 (Dos pesos 00/100 mn) por litro de bebida saborizada, conforme a las recomendaciones de expertos nacionales e internacionales. En efecto, si bien, el principal objetivo del impuesto propuesto es desincentivar el consumo de estos productos al estar relacionados con un aumento en los índices de sobrepeso y obesidad, la recaudación que podría generarse con el gravamen sería de aproximadamente $24,910 millones de pesos que permitiría destinarlos a ciertos gastos públicos especiales como más adelante se precisará.” De acuerdo al Instituto Nacional de Salud Pública sobre los diferentes niveles de impuesto a los refrescos, un impuesto del 20% ayudaría a disminuir el consumo de estas bebidas en aproximadamente 12-18%.

A lo anterior se suma la Organización Mundial de la Salud (OMS) quien recomienda que se establezcan nuevos impuestos a las bebidas azucaradas para disminuir su consumo y reducir la obesidad, la diabetes tipo 2 y la caries; y mencionan que se deben aplicar políticas fiscales que generen un aumento del 20% en el precio de las bebidas azucaradas. El informe “Las políticas fiscales para la dieta y la Prevención de Enfermedades no Transmisibles (ENT)” se menciona que la reducción del consumo de bebidas azucaradas significa un menor consumo de “azúcares libres” y calorías en general, y por ende una mejor nutrición. A continuación, cifras que exponen para buscar reducir el consumo:

•             1 de cada 3 personas tiene sobrepeso (39% de personas mayores de 18 años).

•             42 millones de niños menores de 5 años entran en esta categoría (once millones más que hace 15 años).

•             El 11 % de los hombres y el 15 % de las mujeres de la población mundial son considerados obesos.

•             La diabetes de tipo 2 se ha multiplicado por cuatro en los últimos treinta años, de 108 millones al llegar actualmente a 422 millones de adultos con esta enfermedad.

Esta podría ser una salida rápida para ayudar al paquete económico en cuanto al tema recaudatorio se refiere; dado que ha dejado a la fecha 53 mil millones de pesos a julio del presente año y dejaría este aumento 20 mil millones de pesos anuales adicionales (dado lo que se recauda anualmente con $1 por litro de IESPS es en promedio tal cantidad) y suena que se presentaría en los siguientes días una iniciativa donde la comida chatarra que paga actualmente un 8% de IESPS tenga incrementos para quedar en 10 y 12% en la cuota del impuesto en ciertos alimentos con alto contenido calórico. ¿Usted dejaría de consumir refresco si le suben el precio por el impuesto? Yo creo que la respuesta sería que no.