Opinión

Prefiera el día de hoy

Por Ramón de la Peña


No existe un día más hermoso que el día de hoy”, así inicia un mensaje de un colega académico que me envío hace tiempo, en el cual nos vuelve a destacar la recomendación de no guardar las cosas para una ocasión especial. El mensaje destaca que: “La suma de muchísimos ayeres forma mi pasado (26,645 en mi caso). Mi pasado está integrado por un sinnúmero de recuerdos alegres, tristes, grandiosos, relevantes, felices, dolorosos. Algunos están en fotografías donde me veo pequeño, donde mis padres siguen siendo recién casados, donde mi ciudad parece otra, donde la vida parece otra”.

“El ayer pudo haber sido hermoso, pero no puedo estar constantemente mirando hacia atrás; puedo correr el riesgo de no ver el rostro de los que marchan a mi lado”. Efectivamente, el tiempo no espera, por eso hay que vivir y preferir el día de hoy. Debemos de vivirlo con fuerza, gozar su sol o su frío, sentir cómo cada instante dice: Presente, aquí estoy.

 “Sé que el hoy será muy breve, que pronto pasará a formar parte de nuestro pasado, que no lo vamos a poder modificar mañana, ni pasarlo en limpio”; por eso, mirando a las personas a quienes usted aprecia y quiere, dígales en palabras y en hechos: Hoy te digo que te quiero, hoy te escucho, hoy te pido disculpas por mis errores, hoy te ayudo, hoy comparto contigo lo que tengo, hoy me separo de ti sin guardarme ninguna palabra para mañana, porque hoy estoy vivo, porque hoy siento, sufro, pienso, veo, trabajo, río, leo, comparto, amo”.

¿Qué le parece, estimado lector, como para meditarse varias veces, verdad? Sin duda uno debe hacer todo lo posible para poder decir: Hoy es un día excelente, es muy importante lo que hago, para poder decir mañana: Ayer le demostré a mi esposa que la quiero mucho, ayer escuché a mis hijos y a mis colaboradores, ayer le pedí perdón a quien ofendí anteayer, ayer ayudé a cinco alumnos que me pidieron apoyo.

Ayer compartí lo que tengo con mis amigos de siempre. Efectivamente, ayer viví plenamente: trabajé, pensé, vi, oí, sufrí, amé, toqué, reí y compartí plenamente.

¿Qué tan difícil es vivir así? No se le olvide que la característica que nos distingue como seres humanos es el libre albedrío, la libertad de elegir, la libertad de optar por todo aquello que nos parece bueno.

No le vaya a pasar como a Don Corajes, quien ante la petición de la mano de su hija, montó en cólera (como de costumbre) y ante su reclamo: Muchacho atrevido y bueno para nada, ¿acaso piensas que vas a poder dar a mi hija la clase de vida que yo le he dado? El pretendiente, sin inmutarse, le dice: Claro que sí, yo también tengo un pésimo carácter.

Efectivamente, hay que dedicar tiempo de calidad a todos aquellos que son importantes para nosotros. No espere a que le canten la canción de José Angel Espinoza: “El tiempo que te quede libre, si te es posible, dedícalo a mí, no importa que sean dos minutos, o si es uno sólo; yo seré feliz con tal de que vivamos juntos; lo mejor de todo dedícalo a mí”. Desgraciadamente, esta canción no se la van a cantar muchas veces. Recuerde que si no dedica tiempo de calidad a su pareja, a sus hijos y amigos, al final de su vida, a usted le tocará cantar esta canción y me temo que nadie le hará caso.

Nadie en su lecho de muerte ha dicho... Caray, si hubiese pasado más tiempo en mi trabajo. En cambio, mucha gente ha dicho: si hubiese pasado más tiempo con mis papás, con mi pareja, con mis hijos, con mis amigos. Si hubiese... Si hubiese.

El hubiese es una manera de mostrar nuestra frustración por lo que no hicimos; así que no deje para mañana lo que hoy quiere hacer, haga lo que quiera hacer hoy, para así evitar el hubiese. Sólo cuando nos involucramos en el diseño de nuestra vida, es cuando realmente se puede querer y apreciar el resultado final.

Yo los invito a que se comprometan a cultivar un gran sentido de responsabilidad y respeto para con usted mismo, con su familia, su trabajo, su comunidad y con nuestro medio ambiente. A que se comprometan con su familia a quererlos, respetarlos y apoyarlos hoy. Comprométase a realizar su trabajo con calidad, eficacia y responsabilidad. Comprométase con su comunidad a participar hoy (no mañana) en proyectos de mejora y apoyo. Comprométase con nuestro México a cultivar hoy el amor por la democracia, la justicia social y el desarrollo económico con equidad hacia las personas, y con un gran respeto y cariño hacia el medio ambiente. Así le aseguro que, al final de la vida, podrá decir: Sí hice lo suficiente, y fui la diferencia en la vida de los demás.