Opinión

Allá si hay consecuencias

Por Ramón de la Peña


 

No hay mejor disuasión para las personas que cometen actos de ilegalidad que la sanción, podemos tener los mejores sistemas, pero si la sanción no se materializa no se podrán evitar los actos de corrupción en nuestras comunidades, sin olvidar que delito que no se castiga, delito que se repite.

Periódicamente aparecen noticias en los medios de comunicación internacional que destacan el arresto y/o juicio en contra de personajes que actuaron dentro de la ilegalidad y la corrupción. Aparecen noticias como las siguientes:

"Dos agentes de alto rango de la policía de Nueva York fueron detenidos por recibir sobornos a cambio de dar trato especial a empresarios";  "En 2005, el ex árbitro alemán Robert Hoyzer fue suspendido de por vida y permaneció catorce meses en prisión luego de que se descubriera que colaboraba con una mafia de apostadores croatas. Hoyzer favoreció a varios equipos de diferentes categorías a cambio de 67,000 euros y un televisor de pantalla plana".

Pero la gran diferencia con los eventos de ilegalidad y corrupción en nuestro país es que "Allá si hay consecuencias" ante los malos comportamientos, ante los actos de ilegalidad y corrupción. Efectivamente el gran problema que tenemos en nuestro país es la impunidad ante los malos comportamientos que tenemos los mexicanos.

Asistí a un evento en el cual el Rector de la Universidad de las Américas Puebla, presento un estudio llevado a cabo en su Universidad junto con el Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia de Puebla: Índice Global de Impunidad en México.  La gran conclusión de este estudio destaca que la impunidad es el cáncer de nuestro País y del mundo, y este cáncer es la raíz de la crisis que tenemos en seguridad, violencia, ilegalidad, corrupción y violación de los derechos humanos en nuestro país y en nuestras comunidades.

El estudio destaca que somos el segundo país en el mundo con más impunidad (con una calificación de75.7, en este índice entra más alta la calificación es más alta la impunidad) , Filipinas  (Con 80 de calificación) nos salva de estar en primer lugar, Colombia está muy cerca de nosotros (Con 75.6 de calificación). Estados Unidos está a media tabla (53.9 de calificación). Y el país con menos impunidad es Croacia con una calificación de 27.5.

El estudio también presenta datos de impunidad en los estados de nuestro país. El estado con mayor impunidad es Quintana Roo (Con 76.61 de calificación), nuestro estado sale con una calificación de 71.63. Y el que tiene la menor calificación de impunidad es Campeche con 47.22 .  Efectivamente la impunidad es el cáncer de nuestro país y del mundo que ha ido creciendo al paso del tiempo, pues la fuerza impulsora de la corrupción es la  impunidad, el hecho de que no haya consecuencias ante actos de deshonestidad, pues una fuerza inherente en el ser humano, es el caminar  por el camino más fácil, de menor esfuerzo y de más bajo costo. Y que en esencia, nos dicen los expertos, "es el resultado de la falta de condiciones que hagan más costoso seguir el camino de la corrupción en comparación con el de la legalidad".

Si en el combate a la ilegalidad, a la impunidad y a la corrupción no hay consecuencias, los esfuerzos, las leyes y los reglamentos que se hagan para combatirla no serán suficientes. Ya Tácito nos decía hace 1900 años: “Cuanto más corrupto es el estado, más leyes tiene” . Sobre este tema el Dr. Eugenio Yánez nos comenta: " Cuando se expresa que mientras más corrupto un estado, más leyes, no es en referencia al sistema jurídico del estado, sino a la intrincada maraña de regulaciones y prohibiciones que establecen los corruptos de la cúspide para que la corrupción pueda campear, y para dificultarle a los corruptos de abajo que se roben las tajadas a las que tienen “derecho” los de arriba." Pero también nos dice el camino que necesitamos implantar para que haya consecuencias a los malos comportamientos: " La honestidad personal de los gobernantes puede ser un freno relativo frente a la corrupción, pero nada puede ser más importante que un sistema jurídico verdaderamente efectivo e independiente, donde nadie, absolutamente nadie, pueda estar por encima de las leyes"

Por lo tanto no basta la ley tres de tres, tiene que haber consecuencias, pero sobre todo debemos nosotros de tener la clara intención de actuar dentro de la legalidad en todas nuestras actividades personales, profesionales, comunitarias, empresariales  y políticas.