Opinión

Veracruz, llegó la hora

Por Roberto Matosas


 

En la vida hay solo dos clases de hombres: los que destruyen y los que construyen. José Vasconcelos

¿Se agotó la capacidad del hombre para demostrar su honestidad, su integridad, su solidaridad y su grandeza personal?

¿Cuáles son los valores que nos hacen trascender?

Reconstruir un estado no se logra solo con quejas, argumentos destructivos (aunque tengan razón) y brazos cruzados. Sí, la situación es compleja y nos ha invadido- además del dengue, el chinkunguya y el zika- el peor de virus que los gobernantes han creado: el DES (desánimo, desconfianza, desdicha, desesperanza, desesperación, desilusión, desolación).

Soluciones aisladas no hay. Y menos que sean simples. Se me ocurre sacar de la banca a la señora COOPERACIÓN, valor para el que hemos sido poco entrenados. Empezar por mí, revisar de qué maneras colaborar con todas las personas a la que sirvo; en casa, sembrar con pequeños actos de ayuda, colaborando con las tareas familiares; seguir en la escuela, con una pregunta clave a la maestra: ¿De qué manera la puedo ayudar? Otra, con un enunciado de apoyo a la dirección del instituto: ¡Cuente conmigo! Y tendremos que imitar- en el sentido práctico- a muchos deportistas y equipos que nos demuestran esta característica sin la cual no se puede aspirar a lo que todos necesitamos y merecemos: vida digna!

Tareas aparentemente sencillas que se vuelven complicadas cuando hay que hacerlas una y otra vez. Y repetir. Y repetir.

Nos esperan días de mucha reflexión, de poner en practica actitudes con avances milimétricos, pero avances, y de seguir buscando y completándonos para aportar; lo que sea, pero pensar solidariamente en este maravilloso país, en la gente que está esperando vivir de otra manera y en las familias y los niños que no quieren ser más el resultado de tanta desidia, apatía y valemadrismo de los gobernantes.

¿Queremos ser?

Necesitamos, más que nunca:

•             Liderazgo: crearnos una nueva realidad- todos- de acciones como nunca se han visto en varias décadas. Modelar maneras de actuar, pensar y conducir.

•             Re-crearnos no solamente con ideas, también y más importante: llevarlas a cabo!

•             Sostener los procesos de cambio

•             Orden en todos los aspectos de nuestra vida; segmento esencial de la voluntad; placer de la razón y sedante de la afectividad.

•             El orden supone una dirección y una meta, un sentido y unos puntos de referencia. Porque,

1. El orden tiene tres ventajas: ayuda a la memoria, ahorra tiempo y conserva las cosas.

2. El desorden tiene dos inconvenientes: la desorganización y el caos.

3. El orden necesita tres servidores: la voluntad, la atención y la dirección.

4. El desorden tiene tres normas: la precipitación, la pereza y el aturdimiento.

Ideas que todos conocemos, solo que acudimos a ellas cuando el agua nos llega al cuello...

¿Puede haber avances sin reflexión, orden en las ideas, prioridades por la cuales jugarse la piel y educación permanente?

Matosas Coaching

Ayudar a las personas a crecer cuando se sienten perdidas a soñar cuando olvidan su magia.