Opinión

¡Habilidades para la vida!

Por Roberto Matosas


El pasado jueves un nuevo encuentro con Padres de familia, para hablar sobre un tema cada día más actual para los hijos, dónde nosotros tenemos que fungir como entrenadores: LAS HABILIDADES PARA LA VIDA!

¡La vida es difícil!

Cuando realmente nos damos cuenta de que la vida es dificultosa- una vez que lo hemos comprendido y aceptado verdaderamente- la vida ya no resulta dificultosa. La mayor parte de la gente no comprende cabalmente esta verdad de que la vida sea difícil. En cambio, no deja de lamentarse ruidosa y delicadamente de la enormidad de sus propios problemas, de la carga que ello representa y de todas las dificultades, como si la vida fuera, en general, una aventura fácil, como si la vida debiera ser fácil.

La vida es una serie de problemas. ¿Hemos de lamentarnos de ellos o resolverlos? ¿No deseamos enseñar a nuestros hijos a resolverlos?

Qué hace la vida dificultosa? Sin duda el hecho y el proceso de afrontar y resolver problemas! Siempre ha sido un proceso ‘penoso’. Los problemas, según su naturaleza, suscitan en nosotros frustración o dolor o tristeza o sensación de soledad o culpabilidad, o arepentimiento o enojo, o miedo, o ansiedad, o desesperación. Estas son sensaciones desagradables, a menudo físicas, y a veces igualan a los peores dolores físicos. Ciertamente, a causa del dolor que los acontecimientos o conflictos provocan en nosotros, los llamamos problemas. Y como la vida plantea una interminable serie de problemas es dificultosa y está llena de dolores como de alegrías.

Por el dolor que supone afrontar problemas, aprendemos. Como dijo Benjamín Franklin: ”Aquellas cosas que lastiman, instruyen”. Por eso las personas sabias aprenden a no temer los problemas, sino que por el contrario los acogen de buen grado así como aceptan los dolores inherentes a los problemas.

Esta tendencia a eludir los problemas y los sufrimientos inherentes a ellos es la base primaria de toda enfermedad mental. Algunos vamos tan extraordinariamente lejos en nuestro empeño de evitar los problemas y los sufrimientos que al eludir el enfrentamiento nos privamos de la posibilidad de crecimiento que los problemas nos ofrecen. Y aparece la neurosis que es siempre un sustituto de genuinos sufrimientos, como tan elegantemente lo expresó Carl Jung.

Por eso debemos inculcarnos nosotros, y en nuestros hijos, los medios de alcanzar la salud mental y espiritual. Debemos enseñarnos a nosotros mismos y enseñarles a ellos la necesidad de sufrir y el valor que ello tiene al afrontar directamente los problemas y de experimentar el dolor que ellos acarrean.

El instrumento fundamental que necesitamos para resolver los problemas de la vida es la disciplina. Cuando enseñamos la disciplina- a nosotros y a nuestros hijos- nos estamos enseñando la manera de sufrir y también la manera de desarrollarnos y crecer.

¿Cuáles son esos instrumentos, esas técnicas de sufrimiento, esos medios de experimentar el dolor de los problemas de modo constructivo, eso que se llama disciplina? Hay cuatro:

•             Postergación de la gratificación

•             Aceptación de la responsabilidad

•             Dedicación a la verdad y

•             Equilibrio

Sobre este tema versó mi intervención en la Escuela de Padres que desde hace 5 años el Centro de ESUN me ha invitado a participar. Además, también hablé de algunas de las habilidades de la vida más importantes que necesitamos desarrollar en los hijos desde la infancia: aprender a pensar, a ser persona, a decidir, a convivir y a escuchar. Una construcción práctica total de la personalidad. Gran tema! Al que le seguiremos dando espacio por los desafíos actuales y por la urgencia de equiparnos- y completarnos- para afrontar una época de enorme complejidad, incertidumbre y ambiguedad.