Opinión

Alternancia combate corrupción

Por Luis Pazos


En el año 2001, después de casi un siglo, se dio la alternancia en el partido del Presidente de la República Mexicana. Ese cambio permitió introducir una ley que obliga a los altos funcionarios federales a transparentar sus gastos. Por primera vez en la historia de México el pueblo supo hasta cuánto costaban las almohadas que compró el presidente Fox en los Pinos; pero esa ley no tuvo competencia para combatir la opacidad en el manejo y gasto de los recursos en los Estados.

En el 2001 el nuevo gobierno Federal denunció el desvío de cientos de millones de Pemex a través del sindicato para apoyar la campaña del candidato priista a la presidencia; sin embargo, la justicia impidió que fueran a la cárcel los responsables. El PRI protegió a los líderes sindicales que triangularon el dinero con una senaduría a uno y una diputación al otro.

A partir del 2001 los gobernadores priistas, que eran la mayoría, al igual que los legisladores de ese partido en el Congreso, iniciaron la reconquista del poder con base en los recursos que recibían. El regreso del PRI al poder fue gracias a una bolsa de miles de millones de pesos que conformaron los gobernadores priistas, quienes con base en las leyes que los consideran “estados libres y soberanos” no daban cuentas a nadie de los recursos federales que recibían ni del destino de los recursos de las deudas que contrataban. Es un secreto a voces el saqueo en varios estados: Coahuila, Chihuahua, Tamaulipas, Quintana Roo y Veracruz, entre otros; sin embargo, es difícil acusarlos cuando las pruebas de las desviaciones, como las que señaló la Auditoría Superior de la Federación, se entregan a fiscales o procuradores nombrados por el mismo gobernador acusado de los desvíos o al siguiente de su mismo partido.

En el caso de Coahuila el gobernador que saqueó el Estado y los documentos que lo probaban fueron archivados o destruidos. Dejó a su hermano como gobernador y  hasta la fecha tiene la protección del gobierno Federal.

En los estados, como es el caso de Veracruz, donde hubo una alternancia de partido han salido a la luz pública los saqueos por los gobernadores anteriores. En los estados  sin alternancia los saqueadores son cubiertos por el siguiente gobernador del mismo partido. Todavía hay estados, como el Estado de México, donde “todos los trapitos se lavan en casa”. Hasta el día que haya alternancia en ese estado  saldrán los desvíos millonarios, parecidos a los de Veracruz.

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Profesor de Economía Política