Opinión

Cómo ayuda la terapia a superar la infidelidad

Por Alejandra Meza


Cuando una persona es dañada por la infidelidad su vida no vuelve a ser la misma

Cuando ocurre la infidelidad se rompe la confianza y debe haber mucho amor y tener un corazón muy noble para OLVIDAR Y PERDONAR debe la pareja tener bases sólidas en su amor y volver a hacer votos de confianza y  verdadera honestidad sino esta pareja estará siempre con dudas y  miedos de  que la persona vuelva a caer en infidelidad y  si se va a vivir en la desconfianza esta ya no es vida, por eso aquí se dan las alternativas que un terapeuta analiza para ayudar a la pareja a restaurar su relación.

El terapeuta ayuda a entender la naturaleza de la relación al promover una evaluación sincera de las fortalezas y debilidades de la relación. Necesariamente, al realizar esta evaluación se identificarán dificultades, resentimientos del pasado y patrones dañinos en la relación, que son anteriores al evento mismo de la infidelidad y que evidentemente será importante trabajar con ellos (para entender qué factores orillaron a uno de ellos a incurrir en una infidelidad). Sin embargo, es importante también aclarar que se trabajará con esos problemas del pasado de forma independiente y paralela al problema actual de infidelidad que sufre la pareja. Porque si bien están relacionados con la situación de la infidelidad, estos problemas no pueden mezclarse. Lo primero que hay que atender es la falta que supone el acto de infidelidad, y que deja a uno de los dos en deuda con el otro y con la relación. Ahora bien, si bien ambos en la relación han cometido errores en el pasado, el acto de infidelidad es una falta que es exclusivamente de la persona que incurre en una infidelidad.

Es como si ambos estuvieran sentados construyendo un castillo de arena, y conforme pasa el tiempo y con las habilidades y deficiencias de cada uno para construir el castillo, observan cómo va quedando y no les gusta y, "de repente" uno de los dos, por frustración, descontento, o por resentimiento, se levanta y patea el castillo. Ambos están esforzándose por erigir este castillo de arena lo mejor que pueden, con los errores que puedan tener por el hecho simple de no ser perfectos, confiando ambos en que el otro va a continuar en el intento de mejorar y crecer, y es uno solamente el que incurre en la falta de hacer mal uso de la confianza que se le ha dado. La infidelidad en primer lugar se considera como una falta en el sentido de abuso de confianza (se me ha dado un crédito y he hecho un mal uso de ese crédito). Por esto una falta como esta es exclusivamente de uno, y no de ambos. Esto no significa que el otro, la persona víctima de la infidelidad, tenga que quedarse con los brazos cruzados. Ambos tienen un reto frente a ellos, y si bien la tarea de la persona infiel es reconocer la falta y la deuda que le genera a la relación, y pagar esta deuda, la tarea de la persona afectada es saber cobrar, es decir evitar que esta deuda se convierta en algo impagable al extenderse durante años y años y vivir en resentimiento.

El reto que tienen ambos frente a sí, en la medida en que exista todavía amor y quieran salvar la relación, es hacer lo posible para evitar que la deuda se convierta en una deuda infinita, uno aprendiendo cómo pagar la deuda, el otro aprendiendo cómo cobrarla (es importante subrayar que cobrar, bajo ningún punto, significa aquí vengarse. Cobrar, significa en primer lugar, no seguir después de una falta como es la infidelidad, como si nada hubiera pasado. Un riesgo que se corre y al que se tiende y que se tiene que evitar a toda costa, es que la víctima, por miedo a perder la relación o por confusión, decida participar de la culpa de la infidelidad). La terapia puede ayudar a las personas que tienden a culparse por la infidelidad de su pareja a encontrar nuevas perspectivas que le ayuden a manejarlo mejor.