Opinión

El miedo al compromiso

Por Lilia Reyes Spindola


El miedo al compromiso nace del sentimiento que produce el pensar que se va a perder la libertad.

El solo pensar que al aceptar comprometerse en cualquier terreno como puede ser el amor, el trabajo, la honestidad, el ejemplo que deja una actitud o un pensamiento que uno mismo se crea, genera una consecuencia  que nos llena de angustia, entonces qué pasa, uno huye de la posibilidad de ser responsable.

Por eso hoy en día la juventud (no todos los jóvenes), prefieren darle fuerza a la individualidad, claro, la culpa es de la educación que la sociedad en la que vivimos a fomentado, entonces el sentimiento de unión resulta muy incómodo. El compromiso exige tiempo y disposición, es poner a trabajar a la disciplina y la disciplina le molesta mucho al ego terrenal pues debe poner a un lado su comodidad.

El egoísmo frena mucho al compromiso pues siente que es un sacrificio que no está dispuesto hacer.

El compromiso nace cuando ya se tiene madurez, cuando el ser humano se tiene respeto así mismo, entonces está dispuesto a cumplir con aquello que escoge y decide realizar, porque tiene la seguridad de que lo puede hacer pues ya está preparado mental, emocional y también físicamente para poder aceptar el reto y cumplirlo.

La madurez no tiene edad, hay jóvenes con madurez y hay viejos inmaduros.

Una persona que se compromete y cumple es respetada, los demás creen en esa persona, le tienen confianza y hasta despierta admiración.

Un ejemplo de compromiso es lo que acabamos de vivir en las marchas que se realizaron en la Ciudad de México y en algunos de los estados.

La convocatoria fue dirigida por dos grupos, los que iban vestidos de blanco reclamábamos por la dignidad que México se merece como nación ante las amenazas de un tirano soberbio, como en los tiempos de Hitler, y el otro grupo se suponía iba para apoyar y darle fuerza a las decisiones tomadas para fortalecer a México, pero la realidad fue, que se vivió  la reacción contraria. Se notaba el profundo enojo que existe en cada uno de los mexicanos por la falta de honestidad, de mando, de seguridad que se vive en este país.

Al llegar al Ángel de la Independencia se cantaba el Himno Nacional en señal de unión y fuerza, cada grupo cantaba a su propio ritmo. Las manifestaciones de reclamo eran distintas, como dice el dicho “cada araña por su hebra y cada lobo por su sierra”, manifestarse es positivo, pero cuando esa manifestación solo sirve para los intereses manipulados, ya deja de ser autentico.

Habíamos muchas personas que si íbamos a reclamar la dignidad de México, pero otras tantas iban a reclamar su hartazgo. “El enojo a flor de piel es miedo encapsulado” y entonces se convierte en agresión, pues es así como se protege el ego, no debemos permitir que nos manipule como marionetas.

 Tomo este ejemplo porque explica cómo está confundida la palabra compromiso, veamos lo que pasó con muchos de los seres humanos jóvenes que quieren solucionar todo por medio de mails o tuits, pero no quieren comprometer su tiempo físico, claro que las redes sociales se usan para convocar y mover masas y mueven energías de pensamiento de una forma impresionante, pero es más cómodo sentarse y teclear que hacen acto de presencia.

En las relaciones amorosas de padres, de amistad, laborales, en muchos casos está pasando lo mismo, no se quieren involucrar de más, comprometiéndose, las actitudes son más light (palabra muy usada hoy en día) y esta actitud lo único que logra es provocar desunión y de esto nacen las malas experiencias.

La cualidad del compromiso nos convierte en seres responsables, ya no se vale culpar a nadie ni a nada, se acepta la responsabilidad de las consecuencias que crean nuestros actos. La única forma de enfrentar el miedo, la inseguridad y el peligro que representa todo aquello que es desconocido, se debe mirar de frente, sin huir, y esto se logra por medio de la razón, observando, poniendo atención conscientes de que todo lo que pienso, siento y hago sabiendo que voy a cosechar lo que he sembrado. Debemos ser valientes pues el mundo cambiará si cada uno de nosotros trabaja en su propio cambio.

Su amiga

Lilia Reyes Spíndola