Opinión

Los miedos que limitan a las mujeres

Por Lilia Reyes Spindola


Hay muchos tipos de miedo que limitan y acosan el pensamiento de las mujeres, como a cualquier ser humano, pero realmente las mujeres somos muy valientes, enfrentamos la vida y los retos, mirando de frente, apoyando a los seres que amamos.

Los miedos tienen mucho que ver con la forma en que fuimos educadas, en la familia, en la escuela y de los ejemplos que se quedaran grabados en nuestra mente.

Hay personas que tienen miedo de vivir plenamente y prefieren vivir en la mediocridad, cuidándose de todo, desconfiando, ofendiéndose, culpando a los demás, sin aceptar la responsabilidad de sus actos y arriesgarse no entra en sus planes.

La única forma de que el miedo pierda fuerza, es razonando, hay que enfrentarlo, dialogar con él para saber de dónde viene, esta es la forma inteligente para poder superarlo.

El miedo le teme al amor, pues al sentir el poder del amor dentro de ti, eres capaz de traspasarlo, hasta de arriesgar tu propia vida para salvar al ser que amas, por ejemplo a los hijos.

En la niñez el gran temor es perder a la madre o al padre, el miedo a no pertenecer a los grupos de la escuela, miedo a la crítica, al que dirán, (eso aun en la edad adulta) miedo a no ser atractiva, miedo al mal trato y a la agresión, en la adolescencia miedo a no ser comprendida y se agregan poco a poco algunos más.

Al llegar a la etapa adulta, naturalmente nacen más miedos, el miedo puede surgir por la falta de seguridad en sí misma.

La imagen masculina sigue siendo la dominante en la sociedad, así que la mujer se enfrenta a esta realidad, entonces debe alejar el temor y probar que su capacidad para desempeñar el trabajo, merecerse nombramientos importantes, depende solo de esa seguridad en sí misma y el trabajo consciente que realice para demostrar su capacidad.

Miedo al acoso sexual, el miedo de las mujeres que solas sacan adelante a los hijos, las madres solteras, las divorciadas, las viudas, el miedo a la manipulación machista y las amenazas, el temor a ser abandonada, el miedo por la seguridad de los hijos y su futuro.

Después viene la etapa de la edad madura, llega la inseguridad de temer al paso de los años y sus consecuencias.

Esta actitud negativa es absurda, ya que esta etapa de la vida ya se tiene la riqueza que dan las experiencias, ya las posees, las sientes, hay que aprender a bailar con ellas, las ríes o a ratos la sufres, pero sabes que ya puedes decir que has vivido, que la vida es tú mejor recompensa. El miedo a la soledad se enfrenta cuando recurres al crecimiento de tu espíritu al mundo interior.

Hay un miedo muy triste y es el miedo a amar, pues se le teme a otra desilusión y al sufrimiento, entonces se construyen barreras y se alejan de la posibilidad de volver a amar, actitud que atrae amargura, tristeza y depresión.

Todas las mujeres debemos entender que vivir es un arte, y podemos ser maravillosas artistas creándonos y creando para los demás, una vida feliz, y se logra, cuando somos capaces de dialogar con los miedos.

Tu amiga

Lilia Reyes Spíndola