Opinión

Hacen falta chanclazos

Por Ramón de la Peña


En los años de mi niñez las mamás usaban mucho "La Chancla" como el método para ponernos límites en nuestro comportamiento, pero sobre todo para que hubiese consecuencias ante los malos comportamientos. Hoy sigue siendo un método poco utilizado en ciertas familias que podríamos denominar como tradicionales, o salvajes como dicen algunos opositores al método.

Pero como nos dicen los expertos: "Lo innegable es la manifestación futura de las conductas si no son corregidas en tiempo y forma"

¿Y cuál es la solución? hace tiempo les comenté la que nos recomienda  "Ikram Antaki, en su libro 'El manual del ciudadano contemporáneo', El nos dice que “la domesticación (Educación) del caballo se da gracias al freno, que enseña la moderación y encadena la fuerza bruta". El freno, el chanclazo en mis tiempos de niño,  es la cultura del respeto a normas y reglamentos, debemos poner freno o pedir que se ponga, una y otra vez hasta que se eliminen todas las cosas negativas que afectan a nuestra comunidad, y más aun, las que están bajo nuestra responsabilidad.

Les tengo que decir que me pareció una medida importante lo que hicieron los árbitros para pedir que hubiera consecuencias ante los malos comportamientos de algunos jugadores. Pues para mí la práctica del deporte siempre pone límites a los comportamientos de los que participan en un dado deporte. Limites que se han eliminado en los procesos educativos de las familias y de las escuelas. Lo que nos ha conducido a una cultura de impunidad, ilegalidad y corrupción que nos ha etiquetado como uno de los países con más alta corrupción en el mundo.

Pero claro que hay caminos que podemos seguir: Los tarahumaras tienen una excelente visión familiar y comunitaria, en especial, la relación con sus hijas e hijos: "Nuestros niños nos pertenecen a todos. Los niños saben que no están solos. Cuando nuestros niños hacen algún mal, no les alzamos la voz ni les causamos dolor con nuestras manos. Su único castigo es nuestro silencio. Nos rehusamos a conversar con ellos hasta que ellos piden perdón por su mal. De esa manera ellos aprenden pronto que son responsables por su bienestar y por el bienestar de otros." Para mi esta es una excelente recomendación para el trato, la educación y la creación de hábitos en nuestros hijos y nietos.

De acuerdo a la ONG alemana Transparencia Internacional, Chile y Uruguay son las dos naciones latinoamericanas mejor calificadas en cuanto  a la corrupción, ¿pero que podemos aprender de ellos? pues lo que nos dicen los expertos es que tenemos que tener una "mano Dura" ante los malos comportamientos. Para lo cual es necesario, nos dicen, "tener un sistema de justicia estricta con castigos ejemplarizantes a cualquier acto indebido por parte de funcionarios del Estado, por mínimo que este sea."

Lo que me lleva a comentarles de un súper Chanclazo que les comente hace tiempo de una noticia que estuvo circulando en Internet, en ella se relata la ejecución de Luo Yaping, una funcionaria china responsable de la subdirección del buró de terrenos del distrito de Fushun, quien logro amasar una fortuna de cerca de 23 millones de dólares, dinero recibido por “favores indebidos” que realizó a favor de magnates de la industria de la construcción. La señora fue capturada antes de abandonar el país, quien antes de su captura ya había enviado a su hija al extranjero y había también solicitado un permiso para emigrar a Canadá. La pregunta que me hice después de leer la noticia, y que aun ahora me vuelvo a hacer:  ¿A cuántos funcionarios públicos municipales, estatales y federales mexicanos, incluidos algunos de sus hermanos, papas e hijos, les hubiese pasado lo mismo si se aplicase el mismo sistema de justicia que se le aplicó a Luo Yaping?, me temo que a muchos me comentó mi correctora de estilo cuando le platique esta noticia, y continuó diciéndome, en nuestro país impera una cultura de impunidad, de no acatamiento a las normas y reglamentos, de hacer cosas indebidas para lograr lo que se quiere, todo lo que nos lleva a la ratificación del dicho popular: “El que no tranza no avanza”

Pero como comunidad debemos de entender que para eliminar ese dicho popular de nuestra cultura, es necesario consolidar el imperio de la legalidad, sin olvidar dos factores clave: La aceptación de respetar las normas comunitarias y tener un sistema de justicia que corrija y castigue a quien trate de seguir el camino de “Quien tranza para avanzar”