Opinión

El miedo a ser madre

Por Lilia Reyes Spindola


Tener el privilegio de ser madre es una bendición, pero es una gran responsabilidad.

La maternidad es un gran arte y hay que aprenderlo.

No solamente un niño o niña nace, nace ese mismo día una mujer diferente, nace la madre, las criaturas transforman, cambian la visión que se tiene de la vida, traen con ellos un nuevo sentido a la vida.

Y claro, a todas nos da miedo el día que salimos del hospital y nos entregan el bultito bello, sabemos que Dios nos encarga un alma inocente para que la formemos, vamos a ser las responsables de ir cincelado su personalidad enseñándole valores y comportamientos correctos, entendiendo que hemos aceptado ser el ejemplo que ellos van a seguir, así es que debemos despertar conciencia, dándonos cuenta, poniendo atención en todo aquello que hacemos, que decimos, pues ellos son esponjitas que todo absorben.

Las mujeres en las nuevas generaciones, que se han preparado, estudiado, y que anhelan crecer intelectualmente en el mundo laboral, temen perder esa libertad que les permite entrar en la carrera de la competencia y se resisten a aceptar la responsabilidad de ser madres.

También hay otras jóvenes mujeres que están conscientes de la condición en que se encuentra en el mundo actual, en donde los valores y los ideales están tan confundidos, en donde se cometen errores nefastos hacia la humanidad pisoteando la dignidad, y que ya no se pueden ni disimular, ni ocultar, porque la información que existe la difunde en minutos.

Y muchas de estas mujeres no quieren traer a seres que van a tener que vivir esta realidad,

Imaginémonos el sentimiento de las madres que viven en países fanáticos,  en donde los terroristas les quitan a sus niños y niñas y las usan como bombas vivientes abusando de su inocencia.

O en el tiempo de  Stalin y Hitler en donde usaban a las criaturas adolescentes como soldados, como carne de cañón para conservar su poder.

Todo esto, estoy segura provocó que crezca el miedo de ser madres.

Las criaturas que crecen en familias disfuncionales y que han sido maltratados y vejados, crecen enojados y no van a tener la capacidad de ser madres amorosas.

Gracias a Dios todavía en este mundo hay muchísimas mujeres dispuestas amar incondicionalmente a sus hijos, dar todo con tal de hacerlos niños sanos y felices.

La actitud mental correcta es cambiar el concepto de “cumplir con el deber” de ser madres por el pensamiento de celebrar el privilegio de ser madre, pues las hijas y los hijos son regalos de Dios,  ellos son nuestros mejores maestros, llegan para enseñarnos a ser mejores personas, a respetar respetándolos a ellos primero, a practicar la ternura acariciando, escuchando y entendiendo que todos tenemos derecho a ser individuos libres, gozando verlos crecer, llenándolos de amor.

Feliz día de las madres valerosas las que aceptamos enfrentar la responsabilidad consciente de ser madres amorosas dispuestas a educar hijas e hijos que enriquezcan al mundo con sus valores y habilidades.

No nos debemos preocupar porque clase de mundo les vamos a dejar a nuestros hijos.

Debemos ocuparnos en dejar en este mundo, una clase maravillosa de hijos e hijas, conscientes, pues ellos cambiaran la realidad.